Hemos hablado en otras ocasiones de
la importancia
de una hidratación correcta en los que practicamos deporte, máxime cuando
lo hacemos en condiciones ambientales calurosas o durante largos períodos de
duración.
Ya vimos que no nos referimos sólo
a la ingesta necesaria de agua, sino a todos los minerales necesarios para que
las reacciones bioquímicas que se producen en nuestro organismo funcionen
adecuadamente, como la importancia del magnesio.
Recientemente, hemos leído y escuchado los efectos negativos
de una falta de hidratación, y hoy vemos qué puede ocurrir cuando ocurre lo
contrario, un exceso de hidratación.
La alarma saltó en la prueba Ironman de Frankfurt del año
pasado, en la que un atleta falleció. Aquel día, las temperaturas superaron los
39 grados. Posteriormente, tras varios test a deportistas al llegar a línea de
meta en pruebas de resistencia tipo Ironman en los últimos años, se ha comprobado que un
alto porcentaje sufría de “niveles bajos en sodio”, es decir, “hiponatremia”. Este
hecho provoca efectos negativos para nuestra salud, llegando incluso a la
posibilidad de provocar la muerte.
¿Qué es la hiponatremia?
La hiponatremia es un descenso
de los niveles de sodio en sangre. El sodio, junto al magnesio, el agua, y
el potasio, son los responsables de las reacciones bioquímicas que se producen
en nuestro organismo, en la contracción muscular, por lo que un nivel bajo de
alguno de ellos consecuentemente provocará efectos negativos.
Hay diferentes causas que la provocan, pero a nosotros como
deportistas, la que más nos interesa es que puede aparecer por beber demasiado.
¿Cómo puede ser que
tengamos hiponatremia por beber demasiado?
El hecho de beber de más, si tenemos en cuenta que cuando
practicamos deporte, o participamos en carreras sudamos, provoca que perdamos
sodio en la sangre.
Unos niveles normales de sodio en sangre están en el rango
de 135-145mmols por litro. Esto es importante para que se produzca la
homeostasis y las funciones celulares óptimas. Cuando los niveles de sodio en
sangre caen por debajo de este rango ideal
pueden aparecer, entre otros, estos síntomas:
- Calambres musculares
- Mareos, sensación de letargo o dolores de cabeza
- Náuseas
- Fatiga y debilidad
En casos severos de “hiponatremia asociada al ejercicio”,
los síntomas pueden potencialmente derivar en convulsiones e incluso en coma, y
la muerte.
Esto sucede porque el cuerpo, para preservar los niveles de sodio en sangre, desplaza el exceso de líquido que se ingiere, que de otro modo no puede excretar del plasma sanguíneo en ella a las propias células haciendo que éstas se hinchen. Esta hinchazón provoca un efecto devastador cuando se produce en las células del cerebro y es lo que lleva a la condición de convertirse en mortal
Algunas causas de la
Para los deportistas,
la primera causa hiponatremia es el consumo excesivo de líquidos
(especialmente las bebidas de bajo contenido de sodio); es decir, se bebe más de los que se pierde a través
del sudor o la orina.
De manera que bien por exceso bien por falta de hidratación
adecuada, los resultados pueden ser muy negativos, por lo que tendremos que
buscar la justa medida y además ingerir bebidas o suplementos que contengan
todas las sales y minerales.
Por un lado, con tanta información sobre “hidratación”, nos
hemos pasado, y muchas veces bebemos mucho más de lo que realmente necesitamos.
Sin embargo, una de las causas más importantes es que esa
pérdida de sodio se produce a través de la sudoración, tanto en intensos
entrenamientos como en las carreras (sobre todo cuando éstas se realizan en
condiciones de muchísimo calor).
Por eso será importante una hidratación justa y además con
suplementos que contengan las sales y minerales necesarios.
¿Cómo podemos
entonces evitarla?
En principio, lo ideal es evitar beber más de lo que
perdemos a través de la orina o el sudor. Claro, puede resultar difícil porque
desconocemos las medidas exactas.
Por ello, lo ideal es beber cada cierto tiempo, pequeños
sorbos de agua, acompañado con sodio adicional que ayude a la retención de
líquidos y reponer lo que vamos perdiendo a través del sudor.
De hecho, algunos nutricionistas deportivos recomiendan un
ligero aumento de la ingesta de sal los días previos a una carrera,
precisamente para preservar esa retención de líquidos.
Lo ideal, ya que cada uno somos un mundo, es aprovechar los
entrenamientos más largos, para ir probando con la hidratación y suplementación
de sodio, y ver cuánta agua ingerimos y/o vamos necesitando.
Como vemos, la esencia de todo está en buscar el equilibrio.