Es un número redondo: 10.000 pasos al día. Esa es la cantidad que según numerosos estudios deberíamos realizar todos los días para conseguir numerosos beneficios como aumentar nuestro número de células inmunológicas, estar en forma, adelgazar, y acabar con las dolencias de cualquier tipo.
Sin embargo, gran parte de las personas ni siquiera roza la cifra. Según una investigación publicada recientemente por Medicine & Science la mayor parte de nosotros oscilamos entre los 5.000 y los 7.000 pasos.
Tal y como explica el autor John Schuna, de la universidad estatal de Oregon: “Evitar el sedentarismo es indispensable y moverse un poco es siempre mejor que no hacer nada, pero lo cierto es que cuanta más actividad física se desarrolle, mejor. No obstante, hay una buena noticia: los datos muestran que si nos resulta imposible llegar a los 10.000 pasos, se puede hacer menos obteniendo de todas formas beneficios para nuestra salud. Eso sí, manteniendo un ritmo sostenible”.
El experimento
El estudio ha seguido a algo menos de 3.400 voluntarios de los que se han tomado varias medidas relacionadas con el riesgo cardiometabólico: centímetros de cintura, presión arterial, niveles de glucosa e insulina…
Y observaron además del número de pasos que daba cada individuo al día, el número medio de pasos que daban en los treinta minutos —que no necesariamente tenían que ser consecutivos— en los que los participantes se habían movido de forma más intensa.
Los resultados indicaron que la meta de 10.000 pasos continuaba siendo una utopía para la mayoría de los voluntarios objeto de estudio. Sin embargo, el experimento les sirvió para llegar a otra conclusión: que también 3.000 pasos a un ritmo ligero garantiza efectos protectores de riesgo cardiovascular, además de ayudar a un eventual adelgazamiento. En este caso, la meta resulta mucho más accesible para todos.
La clave: 3.000 pasos al día en media hora
De este modo, según los investigadores, la fórmula justa sería dar 3.000 pasos al día en media hora, o lo que es lo mismo, 100 pasos al minuto: un ritmo que supone un ejercicio físico moderado, útil para conservar la salud del mismo modo que los fatídicos 10.000 pasos.
3.000 pasos son por tanto un nuevo objetivo que alcanzar sin sentir la angustia que podía generar la meta de los 10.000. Y es que, tal y como ha explicado el investigador americano, muchas personas al ver el cuentapasos muy por debajo de esa cantidad, renunciaban a la idea de moverse porque pensaban que nunca conseguirían hacerlo lo suficiente. Con esta nueva investigación, el objetivo resulta mucho más accesible, así que… ¿a qué esperas para salir a caminar?