Imagina porque igual esta situación te suena. Suena el despertador, son las 6 a.m y tienes una tirada larga. Pero ya sabías que ibas a sacrificar tus fines de semana por lograr tu objetivo, correr ese maratón.
Ahora empieza a hacer calor, así que no tienes otra que entrenar pronto por la mañana. El problema es que la cabeza te da vueltas, pues esos gin tonics de más te están pasando factura. El resumen de esta escena es el siguiente: finalmente no saliste a correr.
¿Y los remordimientos de no haber cumplido, de haberte saltado un entreno? Eres consciente de que salir a correr, en tu estado, era perder el tiempo. Tu cuerpo estaba deshidratado y no ibas a poder arrastrarlo, por lo menos sin sentir la sensación de: ¡No puedo conmigo mismo! Así que finalmente te quedas en la cama y luego te armas de valor para decirle a tu entrenador que te escaqueaste.
Por qué renunciar al alcohol
Parece que el saltarte un entreno y el consecuente peso sobre tu conciencia ya es una razón determinante para dejar de tomar alcohol durante la fase de preparación de tu maratón. No hace falta que te cuenten cómo afecta el alcohol a tu rendimiento deportivo, porque tu cuerpo ya lo ha experimentado, pero existen razones más serias para mantenerlo al margen.
“El alcohol deshidrata. Tienes que estar hidratado a lo largo del día, sobre todo si vas a hacer un entrenamiento. Si no estás hidratado tu rendimiento se verá afectado”, explica Andrea Ferrandis, nutricionista del centro Sanus Vitae.
Razones de dejar de beber alcohol para tu maratón
- Afecta a tu recuperación: Es posible que sientas que después de tu entreno te has ganado esa cerveza, pero tomarla contribuirá a tu deshidratación y puede que reduzca la capacidad de tu cuerpo a recuperarse.
- Afecta al sueño: No se duerme demasiado bien después de tomar unas copas y bien sabes lo importancia de un buen descanso para tu rutina de entrenamientos. Como dato, el sueño ininterrumpido afecta al ritmo cardíaco.
- Impacto negativo en los músculo: Estudios indican que el consumo de alcohol impide que la grasa se queme como fuente de energía y quede en el cuerpo. Además, el alcohol contiene calorías vacías, lo que se traduce en que no aportan ningún nutriente esencial para construir la masa muscular.
- Aumento del estrés: Aunque pienses que tu cerveza o vaso de vino te ayuda relajarte, te está produciendo el efecto contrario. Según un estudio publicado en “Alcoholism: Clinical & Experimental Research” indica que “el alcohol puede cambiar la forma en que el cuerpo se enfrenta al estrés: puede disminuir el cortisol, la hormona que el cuerpo libera para responder al estrés, y puede prolongar la sensación de tensión producida por el estrés”.
Como apunta Andrea Ferrándis, el alcohol es un tóxico, “el cuerpo lo reconoce como algo extraño” y su respuesta es la deshidratación, dolor de cabeza, mal estar, etc. En definitiva, el alcohol está impidiendo que ejecutes de forma correcta los entrenamientos.
Pero no te pongas las manos a la cabeza, porque no hace falta ser tan estrictos, pues tomarse una cervecita de vez en cuando no está vetado, eso si, intenta evitar no tomar nada de alcohol las dos semanas previas al maratón. Mejor, resérvatelas para cuando cruces la línea de meta ¡serán bien merecidas!