Existen momentos de debilidad, de querer seguir una rutina, pero el simple hecho de cambiarse y salir de casa ‘todo puesto’ para hacer ejercicio, para moverse, ¡cuesta! Reconocer cuáles son los momentos de debilidad pueden ayudarte a no caer en ellos y evitar esa molesta sensación de: “Me lo propuse, empecé, pero lo dejé”
Lista de excusas y sus soluciones
1.- No tengo tiempo para correr: Salir de casa y dar vueltas a la manzana está bien, te estás moviendo, pero como seas de los que piensas continuamente que no tienes tiempo para salir a correr, esta rutina te va a durar poco.
Intenta que tu tiempo para correr sea rentable, cálzate las zapatillas de camino al trabajo o vuelve a casa con ellas puestas. Me refiero a que aproveches los trayectos para dejar hechos los deberes.
Para lograrlo, investiga dónde tener ubicada tu ducha y encuentra la mejor manera de transportar tus cosas, como por ejemplo evita llevar mochilas molestas. Puede que termines con un montón de ropa y zapatos debajo de tu mesa del trabajo, pero piensa: “He logrado entrenar los días que me propuse”.
2.- Voy a salir después de trabajar: ¿Vas a salir a entrenar después de trabajar o realmente vas a pasear tu mochila de un lado a otro? Intenta no alargar la agonía y si sabes que no lo harás, déjate la mochila en casa y busca opciones.
3.- Solo puedo salir a correr por la mañana y no soy una persona de mañanas: Si eres una persona de mañanas, te doy la enhorabuena, no hay nada como dejar los deberes hechos a primera hora de la mañana, pero me parece que somos muchos los que nos gustaría ‘casarnos’ con nuestra cama.
Seamos realistas, madrugar no es fácil y si estás enamorado de tu cama, será prácticamente imposible, a no ser que… dejes lista la mochila la noche anterior y no tengas tiempo de pensar cuando suene tu despertador. Si eres de los que te programas varias alarmas y a la que te levantas te das cuenta de que no tienes tiempo para prepararte tu mochila, la llevas clara.
4.- Yo no corro carreras porque son caras: Si consideras que apuntarte a carreras es una pérdida de dinero, piensa cuantas veces te has apuntado al gimnasio y se ha quedado en eso, en tu cuota mensual.
5.- No puedo correr largas distancias: Yo tampoco podía correr largas distancias, mis músculos no estaban acostumbrados para ello. Las largas distancias son relativas, pues lo es tanto correr 10 minutos como hacerlo durante una hora, depende de cuál sea tu punto de partida.
Trabaja de forma gradual y de forma que apenas te des cuenta de tus progresos. El ‘coco’ es muy pícaro y lo tiene muy fácil para decir ‘no puedo’. ¿Realmente no puedes hacerlo o solo es cuestión de tiempo para que lo consigas? Pero ojo, si decides comprarte un pulsómetro, no te obsesiones con los números. Primero el uno y luego el dos, así de sencillo.
El primer paso es confesarte a ti mismo cuáles son tus debilidades, solo así podrás buscar otras vías para no vaguear y no dedicar esfuerzos sin sentido ni rumbo alguno.