Caminar a ritmo ligero es una de las formas más saludables de hacer ejercicio y además es una estupenda manera de adelgazar. Y es que andar es una actividad innata que además no requiere de grandes dosis de esfuerzo físico si lo comparamos con otras prácticas deportivas, como por ejemplo correr.

Por esta sencilla razón, casi cualquier persona puede pasear durante largos periodos de tiempo sin llegar a cansarse en exceso. Aun así, si quieres que tus periodos de recuperación se acorten después de una dura caminata, memoriza estos cinco trucos que te detallo a continuación:

Hidratación

Aunque resulte obvio este consejo, no por ello debemos dejar de mencionarlo. La hidratación es fundamental cuando se practica cualquier actividad deportiva, al igual que cuando caminamos.

Lo más recomendable –aunque muchas personas ignoran este punto- es hidratarse antes de salir a andar y también durante la caminata, sobre todo en los meses de verano en los que el calor aprieta de lo lindo.

Igualmente importante es reponer líquidos, ya sea a base de agua o con alguna bebida isotónica, después de una exigente caminata con el fin de mantener hidratado el cuerpo. De este modo, combatiremos la deshidratación que se produce por medio de la sudoración y aceleraremos el proceso de recuperación muscular.

Alimentación

Una dieta sana y equilibrada en combinación con un poco de ejercicio aeróbico -como caminar- es la clave si tu objetivo es comenzar a perder peso. Por ello, otro consejo para recuperarse tras un duro y largo paseo es desterrar la idea, por mucho que nos apetezca en ese momento, de meterse el temido atracón de comida basura o fast food. La clave para recuperarse cuanto antes pasa por ingerir alimentos que contengan carbohidratos, sin olvidar las proteínas. Tus fatigados músculos lo agradecerán.

Baños de contraste

Otro truco para mitigar el cansancio después de haber caminado varias decenas de kilómetros son los llamados baños de contraste, ideales para activar y acelerar la recuperación de los grupos musculares del tren inferior.

Después de un esfuerzo considerable, es normal que la musculatura de las piernas se encuentre algo inflamada. Por ello, un baño de agua con un poco hielo ayudará a bajar esa hinchazón. Si no aguantas esa baja temperatura, otra estupenda alternativa es aplicar agua fría y, al mismo tiempo, un suave masaje en las piernas.

Pies en alto

Después de estar andando unas cuantas horas es normal que sientas algo de dolor en los pies –sobre todo si utilizas unas zapatillas que te quedan un poco justas- como consecuencia de la presión constante que se ejerce sobre los mismos al caminar.

Un excelente remedio para deshacerte de esa presión es colocar los pies en alto, en un ángulo de 90 grados respecto a tu cuerpo y repetir esta acción varias veces al día. Esto hará que la sangre fluya mejor a través de tus piernas y pies, minorando la presión acumulada.

Rodillos de espuma

Los foam rollers o rodillos de espuma son un complemento perfecto, tanto por su enorme utilidad como por su reducido precio, para hacer frente a la fatiga muscular acumulada en las piernas después de una dura caminata.

Gracias a este moderno accesorio se logra estimular y favorecer la circulación del torrente sanguíneo mediante un liviano masaje. Aplicando esta técnica, los músculos se van oxigenando de forma gradual, lo que contribuye a acelerar el proceso de recuperación cuando el cansancio hace acto de presencia.