Cuando hablamos de salir a caminar, lo primero que nos viene a la cabeza es todo aquello relacionado con el tren inferior: la técnica de la pisada, unas buenas zapatillas para evitar posibles lesiones, unos calcetines transpirables, etc.
Algo lógico, ya que cuando practicamos jogging nuestras piernas y pies desempeñan un papel fundamental. Sin embargo, muchas personas ignoran la importancia que juegan los brazos, ya sea cuando salen a correr o bien a pasear con la finalidad de perder peso, sobre todo en estos meses de verano en los que nos gusta lucir un buen tipo cuando vamos a la playa.
Aunque no lo creas, cuando caminas al igual que cuando practicas running lo haces con todo el cuerpo, no solamente con el tren inferior. De ahí que resulte tan importante perfeccionar otros pequeños detalles como puede ser la técnica de braceo. Y es que los brazos juegan un papel crucial a la hora de correr o caminar, puesto que son los encargados de proporcionarte impulso y equilibrio, además de mejorar la dirección de la marcha o carrera.
Por otra parte, si eres capaz de ejecutar un perfecto movimiento y balanceo de tu tren superior –los brazos en concreto- estarás ahorrando a tu organismo una cantidad de energía considerable. Por el contrario, si el braceo es desacompasado el consumo de energía será más elevado, obligando al resto de tu cuerpo a realizar un esfuerzo extra para compensar esos movimientos incorrectos.
Ahora que ya conoces la importancia que desempeñan tus brazos cuando sales a pasear, te proponemos una serie de consejos para que puedas mejorar la técnica de braceo y así caminar de una manera más eficiente respecto a cómo venías haciéndolo hasta ahora.
Sincronización entre piernas y brazos
La primera recomendación es que el movimiento de tus brazos debe estar sincronizado de manera inversa con el de tus zancadas. Es decir, si das un paso con la pierna izquierda deberías acompasarlo adelantando tu brazo derecho, y viceversa.
Posición de las manos
El segundo consejo es que tus manos deben estar relajadas en todo momento. Nada de ir en tensión y apretando los puños como si estuvieras enfadado. Tampoco es recomendable que estén abiertas por completo. Lo óptimo es mantener las manos en una posición semicerrada mientras paseas.
Balanceo de los brazos
El movimiento idóneo de los brazos es el que se ejecuta de delante hacia atrás, siempre en el sentido de la marcha y guiado por los codos. Lo más aconsejable cuando andas es que las manos no bajen más allá de la cintura ni sobrepasen las caderas. De lo contrario, ralentizarás el ritmo de la marcha.
Ángulo de los brazos
Aunque el ángulo óptimo de la posición de los brazos es de aproximadamente 90 grados, tampoco es necesario volverse loco con esta indicación. No se trata de salir a caminar con escuadra y cartabón. Procura mantener los codos cercanos a tu cuerpo y flexionados. De este modo, realizarás un menor esfuerzo y no malgastarás energía.
Relaja los hombros
Ahora que ya dominas todo lo referente al movimiento de los brazos, presta atención a tus hombros. Mantenlos relajados y sueltos si quieres ahorrar energía. Por otro lado, cuando camines procura desplazarlos hacia atrás todo lo que puedas con el fin de propulsar la marcha.