En este estudio en el International Journal for Obesity, dos grupos de hombres siguieron una dieta en la que se les recortaba en un tercio la cantidad de calorías ingeridas.
Uno de ellos llevo a cabo el plan, de la manera habitual, es decir de manera continua durante las 16 semanas que duraba el estudio. Sin embargo el otro grupo hacía cortes en la dieta cada dos semanas, donde ingerían las calorías necesarias para mantener su peso, sin ningún tipo de déficit. En este caso, el plan llegó hasta las 32 semanas de duración.
Al final, ambos grupos hicieron dieta durante cuatro meses, aunque el segundo grupo acabó el programa a las 32 semanas.
A pesar de ello, aunque les llevó más tiempo, acabaron perdiendo 5 kilos más que aquellos que recortaron sus calorías durante 16 semanas seguidas.
Y más importante aún, también consiguieron mantener su peso en el futuro. Y es que seis meses después del estudio, el grupo de la dieta intermitente mantuvo una pérdida de 7,5 kilos de media más que el grupo de la dieta regular.
Según explica la profesora de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tasmania, Nuala Byrne: “Parte de la dificultad en perder peso y después mantenerlo con los constantes cambios en nuestro estilo de vida, es que nuestro cuerpo responde a las restricciones calóricas a través de una serie de cambios compensatorios en los procesos metabólicos”.
Recordamos rápidamente: Nuestro cuerpo almacena el exceso de calorías para cuando le haga falta. Darle menos calorías significa que tienes que buscar en tus reservas, lo que hace que tu cuerpo entre en alerta para paliar esa emergencia en tus almacenes de grasa. Esas medidas que toma nuestro organismo se convierten en una reducción de nuestro metabolismo basal (las calorías mínimas que necesita nuestro cuerpo para vivir), al mismo tiempo que aumenta la el apetito por la necesidad de ingerir alimentos.
“Estas adaptaciones ralentizan la pérdida de peso, y puede provocar un efecto rebote”, cuenta Byrne.
Ese es el motivo por el cual llevar una dieta de restricción calórica durante un periodo prolongado de tiempo es tan duro.
Finalmente, Byrne concluye que llevar una dieta intermitente hará que puedas perder peso sin la sensación de pasar hambre.