Botox antes de tiempo
Lo que es malo para tu cintura, también lo es para tu cara. Los azúcares y las grasas trans que se usan para alargar la vida de los alimentos, pueden producir picos de insulina, y desencadenar en tu organismo una respuesta inflamatoria.
Esto hace que parezcas más viejo y tengas más arrugas, desactivando el mecanismo natural de tu cuerpo, que combate contra el envejecimiento (antioxidantes), volviéndote más vulnerable a los rayos ultravioleta y acartonando tu piel.
Esa sensación de no encontrarse del todo bien
El pan y los cereales refinados (blancos) pueden producir resfriados debido a su escaso contenido en fibra. Y es que la fibra es la que se encarga de mover todo lo que hay en nuestro organismo.
La deshidratación es otra causa que puede acentuar un resfriado, y si acompañas los productos refinados con un perrito caliente o una cerveza, que no te sorprenda si al día siguiente no te encuentras al 100%.
Barra libre de sal de frutas para el desayuno
Tomar alimentos muy cargados de grasas es la mejor manera de tener una digestión muy pesada, e incluso acidez. Si no tenías demasiadas ganas de cocinar la noche anterior, y has decidido ir a un restaurante de comida rápida, esa deliciosa hamburguesa de queso con bacón tardará más tiempo de lo normal en digerirse.
Es por eso que por la mañana es más que probable que padezcas de “resaca” y tengas que acudir al botiquín a por algo para la acidez.
Vuelves loco a tu cerebro
El azúcar y los almidones provocan que tenga lugar un pico de insulina, y que justo después vuelva a caer. Esto afecta a los procesos químicos del cerebro y puede darte una sensación de malestar.
Tomarte un café bien cargado de azúcar, o de leche condensada, es la peor opción cuando tus hormonas se están despertando. La combinación del azúcar y el efecto estimulante de la cafeína, puede hacer que no empieces el día con la energía que pensabas que te daría el café.
Dependencia de la aspirina
La Tiramina es un químico que se forma cuando se rompen ciertas proteínas que encontramos en los colorantes, conservantes, y nitratos (de los perritos calientes o carnes procesadas) y que es la responsable de los dolores de cabeza. Los expertos piensan que produce un aumento de flujo sanguíneo hacia el cerebro, que es lo que hace que te duela la cabeza.