Caso número uno: sales el jueves por la tarde a tomar una caña de esas que llaman “afterwork” y, oye, el ambiente es bueno, estás con tus compañeros contando los cotilleos de la empresa y, al final, lo que iba a ser una caña resulta que es una detrás de otra.
Al final, te dan las tantas y, lo peor, es que al día siguiente te toca volver a madrugar para ir al curro. Llegas hecho polvo al trabajo y, lo que iba a ser un día de transición hacia el fin de semana, se convierte en una pesadilla que no acaba nunca.
Caso número dos: esta noche, que no tienes ningún plan de “afeterwork”, decides que vas a ver cómo va tu serie favorita, de la que hace tiempo que no sabes. Te pones donde lo dejaste y, vaya, está tan interesante que te tienes que ver otro. Y otro. Y otro… y así hasta que, claro, te dan las tantas y, como nuestro caso número uno, al día siguiente toca ir al curro.
Sin embargo, sigues estos seis sencillos consejos, y llegas como nuevo a tu puesto de trabajo. ¿Qué cuáles son?
1.- Nada de cinco minutos más: “si sabes trasnochar, tienes que saber madrugar”. Esta máxima, que seguro que has oído alguna vez, es hora de aplicártela. Nada de alargar el despertador de cinco en cinco minutos, porque al final te despistas y en una de esas de “posponer” te equivocas de dirección con el dedo y la has liado. Fuerza de voluntad, lo primero.
2.- Activa tu organismo… con deporte: suponiendo que no has apurado al máximo el despertador, aún te puede dar tiempo a salir a correr (aunque sean 15 minutitos) o dar un paseo a buen ritmo. El deporte no te hará daño, tranquilo, tan solo te hará despertar del todo y, de paso, quemarás unas calorías, que nunca viene mal.
3.- La ducha, mejor fría: no es una cuestión de sufrimiento gratuito o de autocastigo por haberte pasado de hora para irte a dormir. Tiene una explicación científica: el agua fría aplicada en la piel provoca que la sangre circule mejor por las venas y las arterias, y eso hace que tus músculos reciban más oxígeno y, por tanto, se cansen menos. Prueba a alternar agua fría con agua caliente, y procura acabar siempre la ducha con agua fría.
4.- El desayuno es básico: pero tampoco te pases con él. Si ya desde primera hora vas con el estómago a tope, de poco te servirán los pasos anteriores. Un buen desayuno basado en café (indispensable), tostadas con aceite y mermelada, cereales y una pieza de fruta será más que suficiente para aguantar hasta media mañana. Ahí tómate otra pieza de fruta y, venga, si no puedes más, otro café.
5.- Hidratación: si eres del caso uno y la noche anterior saliste de “afterwork”, te dolerá la cabeza por la mañana. Para mitigar la resaca hay multitud de consejos, pero ninguno tan básico como el de mantenerte hidratado, puesto que la resaca no es sino el efecto de la deshidratación producida por el alcohol.
6.- La música, tu aliada: si tienes la posibilidad de escuchar música en el trabajo, siempre te puedes hacer una playlist con Madonna o Iggy Pop, o ponerte unos cuantos temazos sacados de alguna playlist de running para estar a tope mientras picas el teclado. ¡Ánimo!