Hay un gran mito que aún hoy mucha gente cree y que gira en torno a la idea de que hacer muchos abdominales hará que desaparezca nuestra redondeada barriga. Nada más lejos de la realidad.
La tableta de chocolate no va a manifestarse haciendo solo ejercicios para esta zona tan rebelde del cuerpo del hombre. Cambia el chip. Los abdominales no sirven para quitarnos la barriguita.
Lo primero es tener un vientre plano, que será el punto de partida para endurecerlo y muscularlo hasta que se pueda rallar queso en él. Mientras tanto, toma nota, porque estas son las causas por las que esa grasa no desaparece.
1. No estás haciendo cardio (o no lo suficiente)
El ejercicio cardiovascular o aeróbico es una de las bases para acabar con la grasa de cualquier parte. No se puede eliminarla por zonas concretas, pero haciendo cardio vas a perder la que te sobre de todo tu cuerpo. La paciencia es fundamental puesto que, como ya sabrás, hay zonas muy rebeldes en las que tiende a acumularse grasa localizada que se agarra a uno como si fuese una lapa.
Como la grasa que eliminemos no se va a transformar en músculo por sí sola, debemos combinar las actividades aeróbicas como son correr, hacer spinning, subir a la elíptica, montar en bici o practicar HIIT con los diferentes ejercicios que contribuirán a endurecer nuestros abdominales y desarrollarlos. Las pesas, flexiones, sentadillas y toda actividad que conlleve acelerar tu metabolismo harán que tu cuerpo trabaje para quemar grasa.
2. No estás haciendo dieta (o no la adecuada)
Lo has oído muchas veces y es totalmente cierto: somos lo que comemos. Grábate a fuego esta frase porque tu six-pack depende en gran parte de que lleves una alimentación baja en grasa y azúcares. Acuérdate también de no pasarte con los carbohidratos. Controla el consumo de pastas, arroz o pan. No prescindas de ellos, pero tómalos con moderación y elige productos integrales.
Bebe al menos dos litros de agua al día porque eso te ayudará a luchar contra la retención de líquidos. Bebidas como el té verde son grandes aliadas en este sentido, contribuyendo también a acelerar tu metabolismo y, por tanto, quemar más grasa de tu cuerpo.
Las verduras como la alcachofa, el apio o los espárragos son diuréticos naturales que evitan también las retenciones de líquidos que pueden hacer que tu panza parezca más hinchada. Hablando de barrigas estilo Homer Simpson... di adiós a tu amiga la cerveza y a las tapas. Bueno, alguna de vez en cuando...
3. No estás haciendo bien los ejercicios para los abdominales (toma nota)
Inclinar el cuello hacia delante mientras haces abdominales es señal de que estás haciendo mal el ejercicio. La fuerza para impulsarte hacia arriba debe salir de los músculos de tu abdomen. No hace falta que subas muy arriba. Para que el crunch sea efectivo es suficiente con que te eleves solamente unos treinta grados.
¡No tengas prisa! Haz los abdominales a un ritmo no muy rápido para que puedas trabajarlos bien. Además, tienes que dejarlos descansar. Igual que no haces ejercicios de bíceps dos días seguidos, tampoco tienes por qué trabajar tus abdominales a diario. ¡Dales tiempo para que se recuperen!
Recuerda, por último, que hay cuadraditos más allá de los abdominales superiores. Los inferiores, transversales y oblicuos también existen y tienes que entrenarlos.
Las hormonas masculinas hacen que se tienda a acumular grasa en la zona central del cuerpo, mientras que en el caso de las mujeres esta suele ir a las caderas y glúteos. Ahora que sabes que ese tejido adiposo no se transforma en músculo por hacer abdominales, vas a conseguir que por fin tu six-pack se manifieste. ¿Estás preparado? ¡A quemar y a comer bien!