Es el envejecimiento y, por mucho deporte que hagas, cuando alcanzas una edad, recuperar la forma es mucho más complicado que cuando eras joven.
Esto se debe a un fallo celular que ahora unos científicos de la Universidad de Yale han descubierto y han puesto remedio. Intentaremos explicarlo.
La grasa abdominal está formada, como todo el organismo, por células, tejidos y nervios. Es en la terminación de esos nervios de la grasa donde los científicos han encontrado un tipo de célula, llamadas macrófagas, encargadas de recibir las señales del cerebro para quemar esa grasa y transformarla en energía y, por tanto, eliminarla.
Pero hay un problema. Con el paso de los años, estas células sufren una inflamación que impiden que puedan recibir esas órdenes específicas del cerebro así que, por mucho que corras, hagas Crossfit o te mates a hacer abdominales, la grasa de la barriga va a seguir estando ahí.
Y aquí es donde entran en juego los científicos. Según han descubierto, si conseguían desinflamar estas células “viejas” podían hacer que volvieran a obedecer y, por tanto, que el sujeto (en este caso ratones de laboratorio) pudieran empezar a adelgazar cuando hacían ejercicio inducido.
Una vez solucionaron “este problemilla”, los científicos quisieron ir más allá, e intentar ver si podían alargar de alguna manera la “eterna juventud”, al menos en lo que al físico se refiere. Y consiguieron un avance bastante significativo.
Los investigadores lograron restablecer unos aminoácidos que se encontraban en estas células envejecidas, de tal modo que, al volver a unos valores estándar, podrían mejorar el metabolismo de las personas mayores, mejorando su calidad de vida.
¿Pero cómo podría aplicarse esto en los humanos? Según estos científicos, ya existen medicamentos que se prescriben actualmente contra la depresión y que podrían hacer el efecto de recuperar esas células envejecidas, por lo que dirigirán sus esfuerzos en el futuro por ese camino tan esperanzador.