Pero no te preocupes, vamos a ver unos consejos que harán que comer menos calorías no tiene por qué hacerte sentir hambriento.
1.- Come lo suficiente
Las calorías totales que ingieres al final del día dependen de los kilos que quieras perder y tu nivel de actividad. Así que, aunque recortar calorías no está mal, asegúrate de que éstas no son inferiores a las 1.200. Por otro lado, para mantener el hambre a raya, lo ideal es tomar entre 300 y 400 calorías en cada comida principal, y otras 150 en dos tentempiés.
2.- Toma estas tres cosas
Cuando te sientas a comer, asegúrate de incluir proteínas para saciar tu hambre, hidratos de carbono para mantener tu energía, y grasas para mantenerte saciado durante más tiempo. Toma entre 20 y 30 gramos de proteínas en cada comida, e intenta que los hidratos sean complejos (más ricos en fibra). Para el tentempié evita la bollería, y asegúrate de incluir una combinación de al menos dos de los macronutrientes que hemos comentado.
3.- No seas tan restrictivo
Ya lo sabes, sin hidratos, azúcar, pan, o alcohol, no hay diversión. Si tu dieta es demasiado restrictiva, no funcionará a largo plazo. Sentirás demasiado hambre que no podrás soportar continuar con la dieta. Incluye alguno de los alimentos que te apetezca a lo largo del día, pero con moderación. No te preocupes, que seguirás perdiendo peso.
4.- Bebe agua
No hablo de meterte una garrafa al día, pero debes saber que muchas veces confundimos la sed con el hambre. Ten siempre a tu lado una botella de agua para mantenerte hidratado y, por qué no, también saciado. Si eres de los pocos que conozco a los que no les va mucho el agua, puedes llenar tu botellas con agua con limón, té, o incluso agua con gas (aunque ten cuidado con los gases).
5.- Más fibra
La cantidad recomendada es de 25 gramos al día. Esta sustancia hace que no te sientas tan hinchado al mismo tiempo que te mantiene más saciado. Puedes añadir algunas semillas de chía a tus batidos, nueces o frutas del bosque a tus ensaladas, o aguacate a tus tostadas.
6.- Relájate
Trabajar el mindfulness como hábito, comer más despacio, y tomarte tu tiempo para saborear cada bocado, es muy importante para que tu cerebro sepa de verdad cuándo estás realmente saciado.
7.- Corta con el azúcar
Cuando comes azúcar, al final acabas teniendo más hambre. Esto será duro las primeras semanas, pero poco a poco tu cuerpo se irá desenganchando y te sentirás con menos hambre de dulces, chocolates y/o helados.
8.- Duerme
Dormir afecta a los niveles de leptina, la hormona que regula el hambre, y a la grelina, que estimula el apetito. Dormir poco disminuye tus niveles de leptina mientras que aumenta los de grelina. Así que ya sabes, dormir al menos 7 horas hará que puedas seguir perdiendo peso.