Pero, ¿cómo sabes si con dos días a la semana vale? ¿O si has descansado lo suficiente entre ejercicios?
Pues bien, para dar respuesta a estas preguntas, varios expertos, entre ellos el entrenador Philip Cruz, han decidido agrupar todas las dudas y solucionarlas de una vez por todas.
¿Cuántos días a la semana?
Una gran forma de empezar a entrenar es haciéndote un calendario de todas las sesiones que vas a hacer. En este caso, Cruz recomienda establecer al menos tres días por semana y no consecutivos.
“Si decides entrenar más frecuentemente, plantéate regular la intensidad de los ejercicios para que tu cuerpo pueda recuperarse adecuadamente”, comenta Philip. Esto quiere decir que si te has puesto un entrenamiento “machaca-piernas” un día, al día siguiente no hagas otro parecido, e incluye un trote ligero o una clase de yoga por ejemplo.
¿Cuánto debería durar un entrenamiento?
Ya tenemos cuántos días deberíamos entrenar a la semana. Pero, ¿cuánto tiempo cada día? En esta ocasión lo recomendable serían sesiones de entre 30 hasta 90 minutos dependiendo de la intensidad del ejercicio. Es decir, cuanto más intenso sea el entrenamiento, más corta deberá ser su duración-
¿Qué ejercicio es el ideal?
Ahora ya sabemos cuántos días por semana, y cuándo tienen que durar nuestros entrenamientos. Es momento de saber exactamente cómo ponernos a sudar. El punto a favor de este aspecto es que programar este tipo de entrenamientos es mucho más fácil que programar un plan de alimentación.
La verdad es que hay muchísimas formas de entrenamiento, desde interválicos, de resistencia, clases colectivas, y muchas más.
Aquí el truco está en la variedad y consistencia. Es cierto que cuando haces ejercicios muy similares, sirve de gran motivación ver que cada vez te cuesta menos, y que te ves capaz de ir a por otras mancuernas más pesadas. Pero también es verdad que el cuerpo a todo se acostumbra.
Por esa razón está bien que dediques varios días a un tipo de entrenamiento concreto, pero después rómpelo y cambia por algo totalmente distinto. Por ejemplo, dedica tres días por semana durante un mes a la sala de pesas. Después, durante tres sesiones más en una semana olvídate de las pesas métele caña al HIIT (recuerda que también estarás trabajando la fuerza). Así tu cuerpo tendrá que adaptarse a todo lo que le venga y nunca se volverá vago.
Último consejo
Aunque está genial llevar una programación y un registro de los entrenamientos, tampoco es bueno obsesionarse ni sentirse culpable si un día tienes que saltarte tu sesión. No pasa nada por entrenar dos días a la semana en lugar de tres, no hace falta que lo recuperes, y ten claro que tu cuerpo va a cambiar por eso.