"El mejor momento para hacer cualquier tipo de ejercicio es la primera hora del día, porque el organismo está descansado y asimila mejor el ejercicio, a partir de ahí el peso que se logre bajar caminando siempre dependerá de cada individuo, de su edad, sexo, metabolismo basal...", explica Marta Ruiz Aguado, Dietista – Nutricionista del Instituto de obesidad.
Definitivamente hay que poner la alarma bien temprano, pues frente a los que defienden que por la tarde la temperatura de nuestro cuerpo sube y lo hace estar más activo, con el siguiente aumento del rendimiento, la especialista insiste en la importancia de ponerse las zapatillas descansados y sin el cansancio acumulado durante toda la jornada.
Además, tampoco hay que olvidar que es a primera hora de la mañana cuando el metabolismo se activa y se queman calorías de forma más rápida y a lo largo de todo el día. Pero, ¿debemos hacerlo en ayunas o después de desayunar?, la experta aconseja tomar algo ligero previamente pues "si no hay un aporte de energía el ejercicio consumirá parte del músculo en lugar de preservarlo y obtener una mejora física".
Tomar un café es una buena opción, la ingesta de cafeína acelera la adrenalina y "funciona como un estimulante en el organismo, aunque no se debe tomar como regla general antes de la actividad física ya que no incrementa el consumo de calorías durante la realización de cualquier ejercicio físico". Podemos usarlo como un extra de energía, pero el consumo de calorías ya dependerá de la propia caminata y energía que produzcamos.
Para perder kilos debemos andar a paso ligero, calculando recorrer alrededor de un kilómetro en 12 minutos. El movimiento y ritmo que llevemos nos debe servir como ejercicio cardiovascular, por ello la nutricionista recomienda caminar con cambios de ritmo “fartlek”, "por ejemplo, alternar la caminata entre terreno llano y cuestas sin hacer descansos".
Ya sabes, pon el despertador, luego las zapatillas, tomate un café y ¡a andar!, que madrugar sí ayuda.