El mejor atleta amateur del mundo trabaja de funcionario como conserje en una escuela de la localidad de Saitama ocho horas, de lunes a viernes, antes de vestirse de corto para salir a entrenar.
Por algo la prensa nipona le apoda ‘citizen runner’. A sus 30 años, Yuki Kawauchi ya es todo un fenómeno de masas, no solamente en su país sino en todo el mundo, gracias a sus gestas en las carreras de largas distancias y los increíbles resultados cosechados, desafiando en muchas ocasiones los límites del cuerpo humano para alguien como él que no es un profesional del atletismo.
Su participación en las pruebas más exigentes comenzó allá por el año 2009 y desde entonces no ha parado. Y es que su ritmo competitivo es brutal si lo comparamos con el de un atleta de élite.
A día de hoy, ha completado un total de 70 maratones y casi un centenar de medias, logrando numerosas victorias. Pero es que los números de Kawauchi son dignos de estudio. No solamente por la cantidad de pruebas en las que compite, promediando una treintena al año (diez de ellas maratones, triplican lo que corre un profesional) sino por los increíbles registros o marcas que logra este japonés como la del Maratón de Tokio de 2011 cuando Kawauchi paró el crono en 2:08:37 o en el reciente pasado mundial de atletismo donde terminó en novena posición. Antes de correr esos 42,195 metros por las calles de Londres el 6 de agosto, ya llevaba acumuladas en sus piernas la friolera de nueve maratones y otras 14 medias. Casi nada.
Un tipo fiel a sus principios
Kawauchi es un tipo fiel a sus principios y con una ética encomiable. Por citar solo algunos ejemplos: El ‘citizen runner’ entrena a su aire, es decir ni tiene, ni se plantea contar con la ayuda de un entrenador personal ¿Para qué?
A la vista están los resultados y como consecuencia de ellos le han llovido suculentas ofertas de sponsors y patrocinadores que Kawauchi rechaza día sí y día también para mantener esa independencia que le da la libertar de elegir en qué pruebas particpar, dónde y cómo hacerlo sin imposiciones ni presiones de ningún tipo, como cuando corrió la media maratón Kuki de Saitama vestido con traje, camisa y corbata en un tiempo de 1:06:42 logrando un récord para asombro de propios y extraños. Para rematar la faena, cada vez que viaja para competir lo hace con cargo a sus días de vacaciones.
Un bicho raro que se ha colado entre la élite del atletismo y quien no piensa dejar su trabajo de funcionario ni por asomo, a pesar de las ‘novias’ que le salen continuamente. Y es que Kawauchi recibe cada año más de un centenar de invitaciones en carreras internacionales con un incentivo económico fijo solo por participar.
En la cita mundialista de Londres compitió para su país por última vez. A partir de ahora, seguirá dando zancadas, pero por el placer que le supone hacer lo que más le gusta en esta vida: correr, en modo amateur.