“Tengo un esguince de tobillo”. ¡Qué frase más típica entre los corredores! Y desde la otra parte la respuesta podría ser esta: “Ándate con ojo, pues un esguince mal curado…”. Te has estado matando a entrenar, lograste mejorar esos tiempos, ‘rascaste’ el crono en la última carrera y ahora una lesión hace que tengas que poner el freno de mano.
Si te sirve de consejo, ese corredor con esguince de tobillo podría ser yo y aprovecho este artículo para lanzarte alguna que otra recomendación para sacar el mejor lado de esta lesión. Te adelanto que no todo es negro durante el proceso de recuperación.
Consejos para recuperarte de un esguince tobillo
Existe la parte física, la rehabilitación a base de ejercicios, pero te aseguro que hay otra parte que tiende a dejarse aparcada y que apenas ve el corredor, la paciencia. “¡Fue una torcedura tan tonta!”. Un bordillo, un agujero o un mala pisada da lugar a una elongación de los ligamentos que rodean el tobillo y es ahí, cuando se produce la lesión y los consecuentes ‘dolores de cabeza’ ¡Tengo que parar!
Existe todo un proceso de aprendizaje alrededor de una lesión de estas características. Pero primero, no seas tan valiente con creer que tú entiendes de esto y que por tu cuenta lograrás recuperar ese tobillo. Acude a un especialista, yo sólo voy a contarte una parte.
1.- Lo tengo como una bota. El hinchazón se produce poco después de producirse la lesión, pero el hematoma puede tardar hasta 24 horas en formarse por completo. Eso fue lo que me dijo mi fisioterapeuta nada más pegarme "ese giro de tobillo". Calma y hielo.
2.- Para lo necesario. Estás lesionado, para. No hay nada más que decir. Sentirás la impotencia de querer seguir, pensarás que todo lo mejorado se irá por la borda, pero piensa: Mejor estar parado dos/tres semanas, que en recaer cuando creías estar bien. Para, pero lo necesario.
3.- La cabeza también entra en juego. No quieras separar. Si estás lesionado, tu cabeza acompaña a tu lesión y no viaja a lugares donde no debe estar. Sí, tenías que correr esa carrera, el tiempo se te echa encima, no llegarás… físicamente no estás en condiciones para hacerlo y tu parte más consciente lo sabe.
4.- No pares del todo. ¿Paro o no paro? No quieras ponerte a correr al día siguiente de tu lesión, tu tobillo no aguantará y ese esguince empeorará. Pero ten presente que ese tobillo no va a estar parado por completo, porque va a tener que trabajar. Una lesión no sólo se traduce en acudir al fisioterapeuta, que te dé unos masajes y que te ponga ese vendaje milagroso. Trabaja en casa.
5.- No te quedes postrado en el sofá. Hazte a la idea de que si quieres recuperar ese tobillo lo antes posible, no vas a estar sentado en el sofá. Haz los ejercicios de rehabilitación que te haya recomendado el especialista, ¡pero hazlos!
Como explica el fisioterapeuta Jordi Reig en una de sus publicaciones es que el objetivo de la readaptación busca “la disminución de la duración de la situación lesiva y una incorporación rápida y segura al entrenamiento”.
6.- Tu dieta ayuda. La dieta te ayudará a evitar cambios no deseables en tu composición corporal. Ten presente en que readaptar tu dieta minimizará el tiempo de recuperación y la cicatrización del tejido muscular.
No lo olvides. Cuanto se está lesionado, no se acaba el mundo. Lamentarte con que no puedes seguir no ayudará a recuperar antes tu tobillo. Aprende de la situación.