El poder del sonido ya ha sido documentado por expertos como un estímulo a los atletas para prepararse mentalmente para sus competiciones.
Asimismo, estudios señalan que quienes logran sincronizar su ritmo de carrera con la música, en especial en entrenamientos de una intensidad más elevada como lo son las series, su rendimiento es mucho mayor.
Según investigadores de la Universidad de Gante (Bélgica) nuestro oído sólo puede distinguir cambios en el tempo de la música si son superiores al 4% (por ejemplo, si escuchamos una canción con un tempo de 160 latidos por minuto, para el oído estará sonando al mismo ritmo que una de 165).
Sin embargo, nuestras piernas son capaces de percibir ese cambio, pues si corres al ritmo de la música puedes pasar fácilmente de 160 a 165 pasos por minuto.
Con esa información, no es de extrañar que a los deportistas les guste correr con música. Sin embargo, existen razones para dejar en casa los auriculares y correr “desnudos”, como aseguran algunos sentirse cuando olvidan llevar su música puesta.
Razones para no escuchar música cuando corres
1.- Conoce tu cuerpo. Escucha a tu cuerpo, tu respiración, tu cadencia, el esfuerzo que pones en cada zancada, cuánto te fatigas y sientes lo rápido que estás corriendo. Aquí no tienes distracciones, estás solo contigo mismo, solo siente.
Por lo general, empezar a escuchar a tu cuerpo produce que sientas un mayor control de ti mismo y de la situación. Con estos dos factores, la confianza en ti mismo y el control de la situación, vas a alimentar tu confianza runner.
2.- Te puedes volver insensible. Una razón ligada con la anterior. Cuando solo te concentras en tu música, tanto tu respiración como tu zancada pierden valor. Prueba a escucharlos y sabrás lo que estás trabajando.
3.- La seguridad. Salir a correr con música y en especial, si lo haces por la ciudad y de noche te hace más vulnerable. Con tus auriculares vas a ser incapaz de oír el tráfico, las advertencias de otro corredor… no estás receptivo al 100% de todo lo que sucede a tu alrededor y eso afecta a tu seguridad, es decir, estás más expuesto a sufrir alguna lesión o a situaciones potencialmente peligrosas. No olvides que en algunas carreras está prohibido correr con música, igualmente por razones de seguridad.
Si igualmente, después de leer esto piensas que sin tu música eres incapaz de ponerte las zapatillas, ¡no hay que ser extremistas! A mi me sigue pasando lo mismo y he sido incapaz de cortar por lo sano, pienso que no es la solución.
Lograr encajar entrenamientos con y sin música es una opción. Te recomiendo que escuches la música de forma intermitente, elije sesiones de entrenamiento específicas para correr con ella, como en tus series o en las tiradas largas que se te hacen eternas por tener que luchar contra tu soledad. En otro tipo de entreno prueba dejarla en casa y compra sensaciones.
Por otro lado, si la opción de correr acompañado no entra dentro de tus planes, prueba a entrenar con algún compañero que piense como tú y poco a poco tu mejor música será el charlar mientras corres.
Tras compartir kilómetros, comprobad si os sigue aburriendo entrenar sin música y daros feedback.
Correr con o sin música debes de
experimentarlo tu mismo, diría que no es mejor ni peor, de lo que se trata es
de encontrar el equilibrio adecuado.