Antes de entrar en materia, aquí una serie de preguntas. ¿Quién ganaría en una carrera de 100 metros: Kipsang o Bekele? ¿Y en una de 200: Galen Rupp o Mo Farah? ¿Y en una de 300: Kawauchi o Kipchoge?
Si en tus respuestas has elegido a los segundos, opino que has acertado. La cosa es que todos los atletas de fondo entrenan las series cortas, y los que más rápidos son en las mismas, ‘suelen’ ser más rápidos en la larga distancia.
Que un maratón se corre y se termina gracias a la forma física que se tenga, base fundamental para que después puedas jugar o no a hacer juegos mentales si la cosa se tuerce, sería tema para otra pieza. No obstante, está muy relacionado con el tema de ésta: Será la fuerza muscular que tengamos la que nos permita terminar bien un maratón.
¿Y la fuerza no se gana en el gimnasio? Claro, incluso mucho mejor con la introducción de ejercicios de pesas rusas quitándonos un día de correr. Y los beneficios son increíbles.
Pero la cosa es que a la mayoría de corredores lo que les gusta es correr, mira tú, y pasan de gimnasios, mancuernas y otros instrumentos del demonio. Y es aquí donde radica la importancia de las series cortas por varios motivos:
1.- Haciéndolas en progresión de velocidad y con cabeza suponen un comodín perfecto para sustituir por ejercicios de gimnasio.
2.- Se gana fuerza muscular, se protege al cuerpo, por tanto, de lesiones, y se consigue que haya transferencia de esa fuerza a la carrera.
3.- Haciéndolas con poca recuperación entre ellas, de 30 a 45 segundos, se gana potencia anaeróbica, la cual nos permitirá enseñar al cuerpo a eliminar el ácido láctico para próximos esfuerzos.
No te cortes a la hora de meterlas en tus entrenamientos. De 400, de 300, o de 200 e incluso de 100, siempre recordando que las deberás hacer habiendo calentado convenientemente, y si no eres un corredor ligero, desplegándolas de menos a más, en plan progresivas.
¿Y las series largas, puede que os preguntéis? Pues las series ‘largas’, como vendrían a ser las de 1000 metros, 2000 o 3000, están bien, y deben convivir en los planes de entrenamiento con las cortas.
No te quedes con la copla del titular y hagas interpretaciones erróneas. Un plan de entrenamiento de un maratón siempre tiene que tener un equilibrio. Y así como no tiene sentido hacer sólo rodajes largos, tampoco tendría sentido hacer siempre lo mismo.
Lo mejor, que sea variado. Y siempre deberá haber margen para adaptarlo no sólo a tus objetivos, si no a lo que te gusta. Porque hay diferentes tipos de entrenamientos válidos para una persona para lograr sus metas.