Solamente con unas zapatillas deportivas y una ropa de deporte cómoda te sirve para comenzar a ponerte en forma de la manera más sencilla y más primitiva: caminando.
En nuestro día a día se nos olvida caminar de manera intensa. Andamos pequeños trayectos entre el coche y la oficina, la oficina y el comedor, o desde la parada del autobús a clase, pero se nos pasa por alto el salir a caminar intensamente durante una hora para poner nuestro cuerpo en funcionamiento de verdad.
Para que tu plan sea efectivo has de llevar a cabo primero una serie de recomendaciones / requisitos que van a hacer que sientas que el esfuerzo siempre tiene una recompensa.
1.- Escribe el por qué lo haces
Convencerte a ti mismo de lo que estás haciendo es fundamental para tu plan tenga éxito. Coge papel y boli y, a la antigua usanza, escribe qué es lo que quieres conseguir con tu plan y en cuánto tiempo. Cada vez que notes cierta debilidad o que comienzas a desmotivarte, vuelve a este papel para recordar por qué un día comenzaste a caminar.
2.- Conoce los beneficios
Has de ser plenamente consciente de los beneficios que supone el salir a caminar. En algunos casos se ha demostrado que salir a caminar después de las comidas ayuda a reducir el riesgo de sufrir diabetes y, además, si das unos 10000 pasos diarios podrás perder bastante peso, aunque algunos otros estudios han demostrado que realmente no hacen falta tantos si los que das son a un ritmo bastante intenso.
3.- Fíjate un objetivo
Lo decimos siempre, pero es que es fundamental que te fijes un objetivo. Introducir una cantidad diaria de paseo ya es todo un logro, y el cuánto y el cómo es lo que van a determinar que tu cometido sea un éxito o no.
Un objetivo que te puedes poner, si no dispones de podómetro para contar los 10000 famosos pasos, es marcarte un objetivo temporal: 150 minutos cada día, por ejemplo, es un ejercicio más que recomendado y vas a perder peso sí o sí. Según vayas avanzando en tu entrenamiento te podrás ir poniendo metas más a medio plazo.
4.- Camina por un sitio que te suponga un reto
Si caminas todos los días por el mismo sitio y este no tiene ni una cuesta ni un obstáculo que te haga esforzarte un poco más, tampoco servirá para mucho.
Lo bueno en estos casos es cambiar de recorrido cada vez que salgas y, de esta manera, no caerás en la monotonía de la rutina diaria y te supondrá una nueva aventura cada día.