Si miramos a otros países como
Estados Unidos, España está muy lejos de alcanzar la insólita cifra que tiene establecida.
En los años 70 y 80, unos 25 millones de personas ya se habían puesto sus
mejores zapatillas para salir a correr maratones.
A día de hoy, Estados Unidos
cuenta con más de 51 millones de corredores, mientras que en España no alcanzamos los dos millones y medio.
En cambio, la verdadera sorpresa se encuentra en que en 2010
el número de mujeres corredoras en Estados Unidos superó al porcentaje de
hombres corredores, y así continua en la actualidad.
A pesar de ello, en España aún
quedan esperanzas, ya que en carreras populares como la conocida San Silvestre
el porcentaje de hombres es similar al de las mujeres, un 55% frente a un 45%. En
cambio, la maratón no supera el 12% en lo que respecta a la participación
femenina.
El escenario es aún peor cuando
profundizamos: la mayoría de mujeres que corren maratones en España son extranjeras.
En la última edición del Maratón de Madrid, fueron 555 extranjeras frente a 541 españolas.
A causa del régimen franquista y
la prohibición del atletismo femenino, las mujeres en España no pudieron
disputar una carrera hasta el año 1977. Mientras tanto, en Estados Unidos las féminas
llevaban años participando en este tipo de pruebas. La primera corredora
española fue Lourdes Gabarain, quien
ni siquiera pudo hacerlo sobre territorio español, sino en Francia.
Quizá estos obstáculos hayan
tenido parte de culpa en que la participación de las mujeres en las carreras
populares siga teniendo un porcentaje tan bajo en España. De todas formas, se
estima un crecimiento progresivo de
las mujeres en este campo que no tardará mucho en llegar.