¿Cuáles son los efectos de la práctica del ejercicio sobre el cerebro? Suena repetitivo esto de que por alguna razón, que muy bien no sabes explicar, el correr te hace sentir bien contigo mismo y te da ese subidón que no habías descubierto en otro lado.
Pero parece que más allá de esa sensación, ese “chute” de energía que te da el running, existen estudios que analizan el otro lado, lo que pasa cuando dejas de calzarte las zapatillas.
Si dejas de lado entrenar durante un tiempo, parece que no solo lo va a notar tu cuerpo, sino que tu cabeza también se va a ver afectada. Atento. Un reciente estudio publicado en la revista “Frontiers in Aging Neuroscience” y realizado por investigadores de la Universidad de Maryland (EEUU) señala que el cerebro se queda algo tocado después de unos días sin salir a correr. Vaya…
En el estudio participaron una docena de corredores veteranos con una edad media de 61 años y que habían estado corriendo un promedio de 29 años, haciendo una media de 60 km por semana. Para poder llevar a cabo el estudio, se les dijo a este grupo de corredores incondicionales que dejaran de entrenar por completo durante 10 días.
Si paras… menos sangre para el ‘coco’
Antes y después de esos días, ellos se sometieron a pruebas para medir su flujo de sangre en varias regiones del cerebro, además de completar una breve prueba cognitiva para analizar su fluidez verbal.
El resultado desveló que el no correr se había traducido en una disminución del flujo de sangre en varias regiones del cerebro y en menos fluidez verbal. ¿Se pueden llegar a conclusiones determinantes?
El estudio afirma que no, pues no existen datos que corroboran exactamente lo que sucede en el cerebro durante el periodo de descanso. Lo que sí se sabe es que se produce un mayor flujo de sangre en el ‘coco’ cuando existe una red más densa de pequeños vasos sanguíneos.
El cerebro interpreta esta situación como un momento de estrés y su respuesta es liberar sustancias químicas que protegen las células nerviosas de los daños y las impulsar a crecer, multiplicarse y a fortalecer las conexiones entre neuronas.
Vamos, para ser más claros, que a nuestra cabecita le gusta ‘el jaleo’, hay que alimentarla para que esté sana.
Llegado a este punto, no diría que eres un poco más “tonto” cuando dejas de correr, ni tampoco tienes que pensar en practicar running a todas horas para tener una mente más sana. Diría que este estudio puedes tomártelo como una advertencia, como un: “¡Ojo!, no te duermas y sal a correr porque te sentirás mucho mejor”.
¿Por qué se deja de correr?
Me atrevería a plantear cinco situaciones de por qué la gente dejar las zapatillas abandonadas:
1.- Voy muy lento
2.- La ruta que he
escogido no es muy buena
3.- ¿Qué necesidad tengo
de sufrir?
4.- Hoy no es mi día
5.- No lo logré, no entrené suficiente
Más bien son cinco
boicots que te haces a ti mismo. Si te pasa esto y dejas de correr, sí que te
diría que eres “más tonto” porque habrás considerado el running como una
obligación externa o imposición interna, y no por el simple placer de correr.