Salir a entrenar un día tras otro, sin pensarlo, solo limitarnos a calzarnos las zapatillas y correr. Aparentemente se trata de una tarea que hacemos de forma repetitiva y automatizada.
Según revela un estudio, “la locomoción, especialmente en un nivel de élite, probablemente involucra múltiples acciones cognitivas entre las que se encuentran la planificación, inhibición, monitoreo, conmutación atencional y multitarea, y control motor”. Veamos, porque apunta que los runners no son específicamente vagos.
El estudio descrito fue publicado en Frontier in Human Neuroscience y se basó en examinar a 11 corredores universitarios competitivos y a 11 hombres de la misma edad que no habían hecho ejercicio durante el año pasado.
Tras la investigación, los resultados desvelaron que los cerebros de los corredores presentaban más conexiones en las partes del cerebro asociadas con el pensamiento de nivel superior, mientras que se producía menos actividad en las partes del cerebro asociadas con el estado de vagancia de la mente y la distracción.
Una evidencia de la que podemos extraer que los "cocos" de los corredores son capaces de tratar muchos temas a la vez. Es aquí cuando me autoevalúo: "¿Cuántas veces salimos a correr y nuestra cabeza nos funciona a mil revoluciones?".
Y si ahondo un poco más, ¿qué pasa por nuestra mente cuando corremos? Para ir entrando en materia, aquí os dejo con una breve lista: Cuatro pensamientos cuando sales a correr.
El ejercicio regenera las neuronas
Pero esto de correr va más allá y me remito a otro estudio, pues es una genial coincidencia que el ejercicio sea el motor de regeneración de las neuronas situadas en el hipocampo, el área cerebral que se encarga de la memoria y el aprendizaje.
Así lo afirma una investigación llevada a cabo por la Universidad Jyvaskyla de Finlandia que realizó una comparativa con sujetos enfermos de Alzheimer. El estudio sometió a un grupo a la práctica de ejercicios de tipo muscular y el otro grupo, se centró en hacer ejercicios aeróbicos.
La conclusión que se extrajo fue que el segundo grupo, los que realizaban un ejercicio más moderado centrado en la resistencia, notaba mejorías en el estado de su enfermedad.
Por otro lado, un estudio realizado por el Hospital 12 de Octubre, en Madrid, denominado 'Enfermedades Neurológicas en el Centro de España', coincide también con el realizado en Finlandia. Desde 1994 hasta tres años después hicieron el seguimiento de 5.000 personas y hallaron la misma barrera contra el Alzheimer: el ejercicio físico moderado.
Llegado hasta aquí, podemos extraer que correr podría ayudar a las personas a combatir la pérdida de memoria y mantener la función cerebral a medida que envejecen.
Así pues, ¿por qué no empezar con este hábito cuanto antes? Practicar actividad física puede ser un elemento importante para que nuestro envejecimiento adopte un camino lo más saludable posible, tanto a nivel físico como cerebral.
Volvamos al principio, ¿nos gusta planificar, inhibirnos, somos capaces de hacer varias cosas a la vez? Igual el running nos está ayudando a que seamos capaces de hacerlo y dejar de lado la vaguería, el ya lo haré después o quizá mañana, que le pesa a muchos.