Zapatillas de running con colores estrambóticos, gadgets futuristas, gente disfrazada de superhéroes, personas corriendo con carritos de bebé, etc. Hasta aquí, todo parece de lo más normal. Por eso, si creías que lo habías visto todo en lo concerniente a las carreras populares, te diré que estabas equivocado.
Insólito, así podría definirse lo visto en una carrera celebrada en Estados Unidos el pasado mes de mayo. Te pongo en contexto: se disputa la media maratón de Indianápolis, en la cual participan miles de runners, algunos de ellos por el mero hecho de correr su primera 21k y otros con la finalidad de tratar de batir su propia marca personal. Un mare magnum de piernas y zapatillas de running se abren paso sobre el asfalto de la ciudad norteamericana tratando de llegar lo antes posible a línea de meta.
De pronto, entre toda esa multitud de corredores, aparece un chico joven, ataviado con gafas, camiseta azul de manga larga, cuyo lema reza ‘The greatest spectacle in running’, y unos pantalones cortos de color grisáceo. Un runner más como otro cualquiera, hasta que la mirada se dirige hacia sus pies. Oh my God! ¡Qué ven mis ojos!
Empiezan las cábalas: ¿Se tratará de un enfermero que acaba de terminar su turno de noche en un hospital y no le ha dado tiempo a calzarse las zapatillas de running? O ¿Quizás trabaje en algún servicio de limpieza nocturno para sacarse unos dólares y ha llegado con el tiempo justo al pistoletazo de salida? Nada de lo anterior. Y es que en ocasiones la realidad supera a la ficción.
El protagonista de esta sorprendente historia de running se llama Benjamin Pachev, un chaval de 18 años cuya particularidad fue correr la media maratón de Indianápolis en 1 hora 11 minutos y 53 segundos con unas Crocs grises. Sí, sí, has leído bien. Unas Crocs, esas zapatillas tan cómodas y transpirables que utilizan algunos gremios como médicos, enfermeras o camareros, pero tan poco útiles (pudiera parecer a priori) y de locos cuando se trata de correr una media maratón. ¿Y si no fuera una idea tan descabellada? Pachev, para asombro de todos, cruzó la línea de meta en decimosexta posición. Algo inaudito.
Al contrario de lo que pudieran pensar los allí presentes, Pachev no olvidó coger sus zapatillas de running. Se calzó las Crocs de manera consciente y deliberada. Algo que viene haciendo desde hace ya algún tiempo y parece que le está dando buenos resultados. El uso de esta clase de sandalias veraniegas le viene a Pachev de familia, porque su padre también disputó la media maratón con unas Crocs y paró el crono en 1 hora y 16 minutos.
La principal razón que esgrime esta familia de origen ruso para salir a correr en sandalias es que no es necesario pagar 70 u 80 dólares para practicar running. Las Crocs son más baratas que unas zapatillas de correr y además son eficaces. Además, los Pachev defienden las ventajas que conlleva calzar unas sandalias de este tipo: “No te salen ampollas y transpiran fenomenal. Es como si llevaras siempre un ventilador en los pies”. Quién sabe. A lo mejor los Pachev han reinventado el running. Ahora que llega el verano, quizás sea un buen momento para salir a correr con unas Crocs. ¿Te animas?