Empieza a salir el sol y nuevos corredores empiezan a tomar las calles o termina la jornada laboral y son otros los que deciden sumarse a esto de acumular kilómetros.
Puede parecer extraño para algunos, pero el emprender un proceso de aprendizaje runner puede traducirse en situaciones de estrés. ¿Estás empezando a correr porque quieres mejorar tu condición física o buscas quitarte unos kilos de más?
Si estás entre uno de estos perfiles, échale un ojo a esta lista de miedos, puede que te sientas identificado.
Te dejo con algunas de las preocupaciones más comunes que he podido escuchar cuando alguien empieza a correr.
1.- ¿Mis articulaciones van a sufrir? Una pregunta muy común entre nuevos corredores. Pues sí, es cierto, lo más probable es que los primeros días te duela todo y de todas las articulaciones las rodillas centrarán tu foco de atención.
Es difícil dar una respuesta definitiva a esto, ya que el sufran tus articulaciones más o menos depende de una serie de factores como la edad, la fuerza y tu historial previo.
Pero recuerda esto, la acción de correr no tiene porqué causar daño sobre una articulación sana, especialmente si estás empezando a correr con el “coco” y de forma progresiva.
2.- No vayas a lo loco con los kilómetros. Está muy bien que tengas la predisposición de querer hacer muchos kilómetros y de pensar que cuanto más corras mucho mejor, pero ojo, no caigas en el intento la primera semana.
Me refiero a que si eres novato, de los que decías: “¿Ejercicio? ¿Qué es eso del ejercicio?”. No tengas prisa y ves con pausa. Aunque te parezca una miseria empieza con 10 minutos y combínalo con correr y caminar.
Aunque veas que es poco lo que haces, tu cuerpo te lo agradecerá, se irá adaptando poco a poco y no dejarás de lado las zapatillas en el primer intento.
3.- ¿Qué pensará la gente? “La gente va a pensar que soy un novato”. ¿Y? ¿Qué hay de malo en eso? Cuando empezamos a correr tendemos a estar más pendientes del que dirán, sumado a este pensamiento: ¿Qué necesidad tengo de estar aquí?
Atento porque nadie dijo que fuera fácil. Te aconsejo que des un paso más y pienses: Sí, estoy empezando a correr, lo estoy pasando realmente mal y estoy seguro que no soy el único.
Auto concienciarse de que no eres el único que estás sufriendo ayuda a no sentirse en una situación inferior. Por otro lado, piensa: ¿No crees que ese que está corriendo tan rápido puede que hace unos meses estuviese como tú?
4.- ¿Corro en el mismo sentido del tráfico? Si no tienes otra opción que salir a correr por lugares donde hay tráfico de automóviles, puede que tengas esta duda: ¿En qué sentido corro?
Correr en sentido contrario es más seguro, ya que puedes ver las posibles amenazas y tomar medidas. Si tienes que cruzar la carretera, hazlo antes del giro de una curva. Ten presente que si no logras ver un coche cuando se aproxima, el conductor tampoco podrá verte.
5.- ¿Y qué me pongo? Lo que para algunos resulta una obviedad, para aquellos que nunca se han puesto unas zapatillas no está tan claro. No te marees en exceso y busca la comodidad.
Mallas, camiseta, cortavientos y zapatillas (hoy en día lo tenemos fácil y no se nos va de presupuesto) y a correr. No te marees con más complementos y con querer gastarte un dineral.
Con el tiempo ya empezarás a completar tu equipación. Y ojo, no tengas vergüenza de salir de casa en mallas. Mira a tu alrededor, ya no resulta extraño ver a un runner por la calle, ¿no?
Coger el hábito no será fácil, pero piensa que todo corredor, hasta el más experimentado, algún día se planteó el mismo objetivo que tu: Voy a empezar a correr.