No han pasado tantos años…o tal vez sí. Aquellos hombres de bigote y pelo en pecho y también los futuros hombrecillos con sus incipientes pelillos en las extremidades inferiores salían a correr -por aquellos tiempos también se escuchaba mucho eso de hacer footing- con su clásico pantalón corto o trillado chándal del colegio (cuanto más amplio mejor), una camiseta de algodón de las de toda la vida que ni por asomo transpiraba y retenía el sudor de lo lindo, unos calcetines normalitos y unas bambas ochenteras multiusos que valían para practicar todo tipo de deportes y para salir los fines de semana con los amigos. Por aquel entonces, la estética era algo baladí.
El punto de inflexión podría situarse en 2008. Ese año estalló la burbuja financiera, llegó la crisis económica y casi como consecuencia directa de ello un buen día a la gente le dio por salir a correr -como a Forrest Gump en la película.
El boom del running acaba de dar el pistoletazo de salida en España. Un deporte ideal porque resulta barato en comparación con otros. No requiere una gran inversión económica y tampoco es necesario pagar cuotas mensuales como cuando eres socio de un gimnasio o de algún club deportivo. Si a ello le sumamos que gozas de una flexibilidad de horarios total para practicarlo... huelgan las palabras.
Las marcas deportivas atisbaron un filón en el footing moderno o el ya archiconocido running. Y es que en esta vida todo evoluciona: desde la tecnología implementada en los móviles hasta la ropa. El objetivo de cualquier empresa es vender y cuantos más beneficios obtenga, más contentos estarán los directivos de los últimos pisos. La finalidad es ganar dinero y hacerse rico como el tío Gilito.
Apúntate a un máster
Así fue como correr pasó a convertirse en la nueva gallina de los huevos de oro para las firmas deportivas. Y es que no es de recibo practicar running hoy día con una vetusta camiseta de algodón, unos pantalones cortos de tres al cuarto y unas zapatillas polideportivas monocolor.
El fondo de armario que necesitas actualmente para salir a correr es digno de la Pasarela Cibeles o la Fashion Week de Barcelona. Mallas (largas y cortas) bien ajustadas que marquen un buen paquete, calcetines tobilleros, camisetas de lycra bien ceñidas, altamente transpirables y con colores fosforitos para deslumbrar a las runners que vienen de frente, cortavientos última tecnología y zapatillas de running lo más cool posibles. Eso sí, antes de comprarlas te recomiendo hacer un máster porque tienen más tecnología en el interior que un cohete de la NASA.
Pero si tu objetivo es ser un auténtico runner metrosexual, además de todo lo anterior también vas a necesitar: unas gafas de sol vanguardistas, un pulsómetro XXL para monitorizar tus sesiones de entrenamiento y maravillar al personal compartiendo tus progresos a bombo y platillo en las redes sociales, un corte de pelo otoño invierno 2017 - 2018, depilarte a la cera de arriba a abajo y unas sesiones de rayos UV en el solárium para conservar el morenito todo el año.
Aunque no es obligatorio, se recomienda también pasar la ITV o chequeo médico de forma anual, sobre todo si tienes ya unos cuantos kilómetros encima. Y un último consejo: si saliera a correr y ante la posibilidad de sufrir algún tipo de lesión, me llevaría unos pequeños triángulos de emergencia que vayan a juego con la vestimenta. ¿No quieres ser un moderno?