Estos alimentos se podría decir que no engordan, es decir, que por mucha cantidad que comieras, sería muy difícil que ganaras kilos. Aunque siempre existiría alguna posibilidad (rara pero existente) si padeces alguna enfermedad metabólica.
Veamos qué alimentos pueden estar en tu operación bikini para que no tengas que preocuparte de lucir tipín este verano.
Verduras y hortalizas: Lo sé, no he descubierto la penicilina pero es inevitable hablar de estos alimentos cuando se trata de perder peso. Las verduras y hortalizas deberían ser el pilar de nuestra alimentación junto con las frutas.
La ventaja es que contienen muy pocas calorías, mucha agua, y una gran cantidad de fibra. Este es el triángulo perfecto para adelgazar; el agua y la fibra te sacia y hace que comas menos, y las pocas calorías hace que sea un alimento perfecto para no engordar.
Frutas: Y de la mano de las anteriores debe ir la fruta, de temporada a poder ser. Como su otra parte del tándem, las frutas son muy ricas en agua, en fibra, tienen pocas calorías, y un gran número de micronutrientes (que dependerá, claro está, de la fruta que comas).
Carne blanca: Si preguntas a cualquiera que esté perdiendo peso, el pollo seguro que es el protagonista de sus platos. Este tipo de carnes, aunque muchas veces son las protagonistas de las dietas, es muy importante que se combinen también con las carnes rojas. Si no sabes cuáles son las carnes blancas, atento: pollo, pavo, conejo, lomo de cerdo, y cualquier carne de ave en general.
Pescado blanco: Mi experiencia con algunos problemas estomacales me dice que el pescado blanco adelgaza, y doy fe de que lo hace. Estos pescados son muy ricos en proteínas y muy bajos en grasa, lo que hace que te llenes antes sin haber ingerido demasiadas calorías. Un ejemplo de pescado blanco es la merluza, rape, gallo, bacalao, o lenguado entre otros.
Legumbres: Ojo con esto, lo indispensable para perder peso son, por ejemplo las lentejas, y no el chorizo, tocino, etc. que las acompaña. Las legumbres son muy ricas en fibra y cuando se preparan, tienden a absorber mucho agua, lo que hace que su densidad calórica se vea reducida. Es el alimento perfecto para no pasarte con el segundo plato.
Mariscos y moluscos: Aunque no es para comer todos los días, el marisco se compone básicamente de agua. Lo mejor de estos alimentos es que tienen un sabor delicioso y variado según lo que elijas, y apenas contienen calorías. Además son una buena fuente proteica.
Huevos: Pese a su mala fama, su alto contenido en proteínas comer huevo hace que te sientas más saciado, y que comas menos después. Aún así, si queremos hilar fino y recortar aún más las calorías, siempre podemos quedarnos con las claras.