Tiene fósforo, calcio, magnesio, proteínas, previene la osteoporosis, los problemas cardiovasculares… las propiedades de la leche son numerosas pero a pesar de ello no puede evitar su mala fama entre los deportistas. Su supuesta mala digestión hace que sea uno de los alimentos que los aficionados al deporte borran de su dieta, una decisión no siempre acertada.
“Es aceptable tomar leche antes de una sesión de ejercicio, siempre y cuando se deje tiempo suficiente para hacer la digestión. Por otro lado, tras el ejercicio mejora la recuperación muscular”, explica Manuela Verdejo, experta en nutrición de Dalystetic.
El problema que presenta la leche es la lactosa, cuya digestión no siempre es sencilla, pues al fermentar en el intestino puede producir molestias como gases, cólicos, hinchazón… Sin embargo, contiene hidratos y se recomienda su consumo tanto para deportistas como para el resto de los mortales.
Un gran porcentaje de su mala prensa tiene origen en las campañas de marketing, porque en alimentación también hay tendencias y está de moda prescindir de la lactosa y decantarse por leches de soja, almendras o arroz. Pero cuidado, que también hay que tener en cuenta que al ser estas de origen vegetal hacen que se digiera mal el calcio.
Realmente las ventajas de no consumir lactosa para aquellos que no tienen intolerancia son inexistentes, y esta incapacidad solo puede diagnosticarla un facultativo médico, aunque hay señales que avisan.
Reconocemos que nuestro organismo no tolera a la lactosa “por molestias gastrointestinales, como dolor abdominal, flatulencias o diarrea…pero si no eres intolerante no tienes por qué dejar de consumir radicalmente la lactosa”, recomienda la especialista./span>
En el caso de los deportistas, su consumo no sólo no se desaconseja sino que puede contribuir a aumentar su resistencia y capacidad de recuperación. Los beneficios, recuerda Verdejo, son múltiples:
1.- Mantiene los niveles adecuados de hidratación durante y después de la actividad deportiva.
2.- Aumenta la resistencia física.
3.- Mejora la recuperación muscular tras el ejercicio.
4.- Incrementa la grasa muscular y favorece la pérdida de grasa.
5.- Atenúa los daños musculares que pueden producirse como consecuencia de la práctica deportiva.
Las proteínas de la leche actúan como reparadores de la fibra muscular y se aconseja su consumo si se realizan entrenamientos o deporte de alta intensidad.
Eso sí, en una edad adulta no es necesario un consumo excesivo: "un vaso de leche, un yogur y una porción de queso sería una buena dosis, aunque siempre es recomendable la opción con menos grasa”
Leche sí pero con menos grasa, que nadie nos quite el placer de un vaso bien lleno después de un gran esfuerzo.