Sandra Seilz practicaba running en la ciudad alemana de Oberhausen cuando fue asaltada por tres hombres que intentaron bajarle los pantalones para agredirle sexualmente. Afortunadamente y gracias a la valiente intervención de un ciudadano que paseaba por las inmediaciones con su perro, los agresores desistieron y salieron huyendo en cuanto vieron que el animal iba a por ellos.
A raíz de aquella dramática y aterradora experiencia, Seilz (42 años) comenzó a darle vueltas a la cabeza pensando cómo podría ayudar a las mujeres para que se sintieran más protegidas y seguras cuando practican deporte al aire libre o en su vida cotidiana.
El traumático episodio vivido en primera persona y los múltiples abusos sexuales que tuvieron lugar durante la Nochevieja de 2015 en Colonia y otras ciudades alemanas fueron el germen del proyecto de Seilz.
Así fue como inventó los Safe Shorts: un pantalón antiviolaciones para proteger a las mujeres frente a posibles intentos de agresión sexual. Una pionera y polémica prenda que actualmente se comercializa en dos versiones: mallas cortas para running y como ropa interior.
Mecanismos de protección
Los Safe Shorts incorporan tres medidas de seguridad. Están confeccionados con un tejido altamente resistente a los cortes y estirones. Albergan un protector en la zona de la entrepierna para evitar agarrones, mientras que en la parte delantera llevan dos cordones anticortes y entrecruzados de lado a lado que fijan la cintura y las ingles.
Por otra parte, el cordón se bloquea por medio de un clip que incorpora un pequeño candado con combinación numérica. Como medida extra de protección lleva una alarma de 130 decibelios que se activa si alguien intentar quitar los pantalones a la fuerza o de manera manual, en caso de que la mujer se sintiera amenazada.
El invento de Seilz está teniendo muy buena acogida, ya que la demanda de Safe Shorts es altísima y su stock se ha agotado en dos semanas, no solo en Alemania sino en otros países de Europa como Suecia y Noruega y también del resto del mundo como Estados Unidos y Australia.
Aunque el principal escollo al que se enfrenta esta emprendedora es el precio de venta del producto. La versión deportiva cuesta 128 euros, mientras que la prenda íntima se puede comprar por 95 euros. Por este motivo, en breve la producción de los Safe Shorts se trasladará a India con el objetivo de reducir los costes de fabricación y conseguir unos precios más competitivos.
Sin embargo, en este asunto también existe la otra cara de la moneda. Y es que los Safe Shorts tienen un nutrido grupo de detractoras. Muchas mujeres han puesto el grito en el cielo y han criticado duramente la comercialización de esta prenda, afirmando que la responsabilidad de frenar las agresiones de tipo sexual no debería recaer sobre ellas. Razón no les falta.