Planteo la pregunta: ¿El sexo puede contar como ejercicio? Es una creencia muy extendida, pero si al final de este artículo se llega a la conclusión de que algo de deporte se hace… esta podría ser una razón más para practicar sexo, ¿no crees?
Es cierto que con el acto sexual se suda y, en muchas ocasiones, uno acaba agotado. De hecho, la famosa Kylie Minogue ya se encargó de popularizar el término sexercise, una disciplina que existe y que trata el sexo como una actividad física más.
La relación entre coito y deporte es más íntima de lo que parece, de hecho la corroboró un estudio publicado por la Universidad de Quebec que probaba que los beneficios de las dos tareas eran muy similares: aceleran el ritmo cardíaco, ejercitan grandes grupos musculares y liberan endorfinas que estimulan el sistema inmunitario.
Por el contrario, existen afirmaciones de doctores expertos en la materia que apuntan que no es apropiado recomendar el sexo de forma genérica como sustituto del ejercicio.
Aunque algunos sí dejan en el aire la necesidad de determinar qué posturas y qué tipo de prácticas serían las adecuadas para lograr provocar un gasto energético equivalente a una determinada sesión de ejercicio.
Posturas sexuales para ponerte fit
Dicho esto… aquí van algunas posturas sexuales que pueden ayudar a doblar tu sesión de ejercicio:
1.- Misionero: Siempre se ha dicho que la posición del misionero es el equivalente a la excusa de “estoy cansada”. Pero ojo con lo que dice Patti Britton, autor del libro The art of Sex Coaching y ex presidente de la Asociación Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas de la Sexualidad.
Señala que las mujeres pueden fortalecer su zona abdominal centrándose en el levantamiento pélvico desde el centro (el core) y no tirando de su espalda. Asimismo, Britton añade que esta postura puede ayudar a ejercitar el glúteo al apretar las nalgas cuando se realiza levantamiento.
2.- El perrito: Al igual que con la posición del misionero, con la postura del perrito la mujer está trabajando su centro (el core) al tener que estabilizarse a cuatro patas, dice Berman.
3.- La vaquera: Con esta postura podrás hacer piernas y tonificar el muslo interno. Según Yvonne K. Fullbright, educadora sexual certificada y autora del libro Touch Me There! esta postura puede modificarse para así trabajar grupos musculares adicionales.
Ella propone hacerla más intensa, algo así como ponerse de pie sobre él a modo de sentadilla: ejercicio de piernas y caderas.
4.- De pie: Según indica Britton, ésta es una de las posturas más difíciles, pues entra en juego la fuerza y el equilibrio de ambos.
Cuando la postura es de pie y ella envuelve una sola pierna, los músculos de las piernas están trabajando para mantener la verticalidad, así como la parte abdominal. Si ella envuelve ambas piernas alrededor de su pareja, ejercitará sus brazos para lograr mantener a su pareja de pie.
5.- El puente: Aquí la mujer está situada mirando hacia arriba y usando las piernas y brazos para mantener su peso corporal para no tocar la superficie.
Según Britton se trata de una postura avanzada puesto que “ella necesita estabilizarse, ya que está empujando para dentro y para fuera, ella no se bloquea”.
6.- El lunge: ¿Te suena este ejercicio del gimnasio? El lunge o zancada frontal es la posición en que la mujer se encuentra sentada encima de él de forma frontal, con los pies apoyados sobre la superficie y las piernas elevadas.
Como apunta Berman es una postura perfecta para ejercitar el cuádriceps, el tendón de la corva (localizados en la parte posterior de la pierna, desde la cadera hasta la rodilla), el core y las nalgas.
Visto así e intentando imaginar cada una de las posturas… habrá que ver si algún día vemos en una tabla de entrenamiento un apartado titulado: Plus sexual. ¿Doblarías así tu sesión de ejercicio?