Durante el día te cuesta muchísimo sacar tiempo para ponerte en serio con el ejercicio. Algún que otro día esporádico consigues salir a andar o, a lo sumo, correr un poco por el parque. Ni qué decir que intentas mantener una dieta equilibrada, pero tu frenético ritmo de vida hace que cada dos por tres termines por saltarte las normas, y así no vas a ninguna parte… Cuando notes que nada de esto es suficiente y veas como la grasa sobrante se hace cada vez más fuerte –y abundante– en tu abdomen y piernas, quizás deberías dejarlo en manos de un experto: tu cuerpo. Aprovecha las horas muertas del día para ponerle a trabajar en la quema de calorías mientras tu descansas plácidamente. Que tengas dulces y adelgazantes sueños.
1. Una cena picante: “Claro, ¡y luego a dormir con los ardores!”, exclamarás indignado al imaginarte cenando guindilla y chile con carne para perder peso. Pero nadie ha dicho que tengas que ser tan radical. Los alimentos picantes estimulan el metabolismo para que hagamos mejor la digestión y procesemos mejor la comida, pero no sea radical: con que condimentes tus cenas con un poco de pimienta conseguirás la dosis necesaria para acelerar la quema de grasas hasta en un 30%. Y para evitar retortijones o molestias estomacales, procura comerlos unas tres horas antes de acostarte.
2. Noches sin cobertura: no es la primera vez que lees o escuchas los beneficios de ‘estar off’, pero sigues sin poner el teléfono móvil en modo avión (o incluso apagarlo del todo) durante la noche. Mal. La luz de las pantallas impide al cuerpo que se relaje al 100% reduciendo la producción de melatonina –la conocida como hormona del sueño–, acabando con nuestro reparador sueño e incluso aumentando nuestros niveles de estrés (recuerda: engorda). Mantén tus dispositivos alejados de la mesita de noche y, si no puedes evitarlo de ninguna de las maneras, al menos bájales el brillo de la pantalla antes de acostarte.
3. Chocolatea tus noches: eso sí, tiene que ser puro. Tomar una o dos onzas de chocolate negro que contenga al menos un 70% de cacao unas dos horas antes de acostarnos tendrá un efecto antioxidante y relajante de lo más adecuado para que nuestro cuerpo se ponga a quemar grasas. Cuidado con pasarte con las cantidades porque el chocolate negro también contiene algo de cafeína y comer más de la cuenta podría destruir tu plan de adelgazamiento nocturno y, por descontado, tu capacidad para conciliar el sueño.
4. Sube las persianas (del todo): si te encuentras entre los afortunados que duermen a pierna suelta aunque entre la luz por la ventana, estás de enhorabuena. Tal y como demostró un estudio publicado en la revista American Journal of Epidemiology, quienes duermen completamente a oscuras son más propensos a engordar durante las horas de sueño y tienen hasta un 21% más de probabilidades de desarrollar obesidad. Dejar que entre un poco de luz en la habitación nos ayuda a segregar más cantidad de melatonina de tal forma que nuestro cuerpo se mantiene en un estado de descanso profundo pudiendo realizar eficazmente sus funciones reparadoras y estabilizadoras del organismo. No le alteres, necesita descansar.
5. Mantén fresca la habitación: la temperatura ideal para dormir es entre 15 y 18 grados. “¡Qué frescor!”, pensarán los más frioleros, pero esta es la mejor manera de activar nuestra grasa marrón –la ‘buena’– para que se dedique a quemar a su archienemiga la grasa blanca –exacto, la mala– mientras nosotros descansamos. Ante el frío, la parda o marrón se activa para mantener nuestro cuerpo caliente. Un pequeño impulso que le ayuda a deshacerse de muchas más calorías que si dormimos en un ambiente demasiado cálido.
6. Dale a la infusión: un clásico que nunca falla. Te ayuda a conciliar antes el sueño y te relajan, siempre y cuando no contengan excitantes. La manzanilla, valeriana o hierbabuena serán los mejores aliados no sólo para dormir como un angelito, sino para calmar nuestro apetito y despertarnos sin ese ‘hambre voraz’ que nos hace desayunar inadecuados alimentos hipercalóricos y grasos. Por mucho que te repitas aquello de que “ya lo quemarás durante el día” es mejor no poner demasiado a prueba tus capacidades y darle a tu cuerpo el desayuno ideal para mantenerse sano y poder realizar adecuadamente su proceso de adelgazamiento.