Lady Gaga, la cantante Vega, Morgan Freeman… varias celebrities han traído a la actualidad una enfermedad tan desconocida como incomprendida: la fibromialgia. Una patología difícil de diagnosticar que se caracteriza por sufrir dolores crónicos generalizados y que producen incapacidad. A pesar de esta realidad, muchos estudios han demostrado que el deporte es capaz de mitigar estos malestares, siempre y cuando se realicen adecuadamente.
“Si la fibromialgia que se sufre es muy severa no viene bien hacerlo, porque produciría más fatiga, pero si se tiene incapacidad media sí es bueno, aunque hablaríamos de un deporte moderado, practicándolo con un profesional que nos dirija, conociendo nuestros límites y siempre poco a poco, es mejor caminar 15 minutos cada día, que correr uno y estar cuatro días sin poder moverse”, especifica Luisa Panadera, terapeuta y presidenta de AFIBROM.
Una persona con fibromialgia suele sufrir una falta de energía y dolores que le impiden un movimiento natural, con lo que no es raro que esté imposibilitada para realizar ejercicios comunes al ritmo marcado, existiendo además la posibilidad de lesión.
Sin embargo, el deporte no debe desaparecer de sus vidas puesto que “la fibromialgia supone una pérdida de masa muscular y es aconsejable para recuperarla”, asegura la experta. Los enfermos deben superar el miedo a hacer esfuerzos por el mismo miedo al dolor.
Los ejercicios aconsejados son aquellos que no suponen movimientos agresivos o vibraciones, así como rebotes en el cuerpo que dañarían las articulaciones o los que requieren coger mucho peso. De los aeróbicos pueden ser beneficiosos andar a buen paso o la natación, siempre y cuando el agua esté calentita, a una temperatura entre los 28 y 32 grados.
Los anaeróbicos recomendados ayudan a mantener el tono muscular y controlar la respiración, sería el caso del pilates, que fortalece espalda y abdomen, el yoga para estirar bien los músculos o el chi kung, para trabajar cuerpo y mente.
Es importante que estas disciplinas se hagan en grupo, “pues los enfermos suelen llevar una vida sedentaria y el deporte acaba con el aislamiento al que se someten, es una excusa para tener vida social y viene bien anímicamente, sobre todo cuando la persona que dirige las clases es muy dinámica”, afirma la especialista.
Uno de los síntomas de la fibromialgia son precisamente los episodios de depresión, con lo que la liberación de endorfinas puede mejorar el estado psicológico del paciente. En cualquier caso, nunca se debe exceder los límites y debemos evitar llegar al agotamiento.
Ejerciciosí pero con mesura, hay que ejercitarse de manera paulatina, y siempre sabiendo que el deporte alivia y mejora los síntomas pero en ningún caso lo cura.