Pues querido lector, que sepas que no todo está perdido, sólo tienes que tener claro lo que quieres conseguir y luchar por ello.
Para empezar, debes saber qué tipo de barriga tienes, si no puedes verte los pies porque tienes muy poco tono abdominal, si la razón es por la capa de grasa que cubre tu abdomen, que sí está tonificado, o si es una mezcla de los dos.
Para el primer caso, donde más tienes que centrarte es en el trabajo de la zona del CORE (la faja que va desde el abdomen hasta la parte baja de la espalda). Si tienes la suerte de tener poca grasa en la barriga, notarás que el perímetro de la misma se reduce en no mucho tiempo.
Para ello, puedes empezar con la siguiente rutina:
Crunch clásico
Tumbado boca arriba, coloca las manos detrás de las orejas, y separa la parte alta de la espalda mientras expulsas el aire por la boca. Recuerda que las manos no deben empujar la cabeza hacia adelante.
La plancha
Colócate boca abajo apoyado sobre los antebrazos y las puntas de los pies, y aguante todo lo que puedas esa posición sin arquear el cuerpo. Es importante que respires con normalidad y que nunca te quedes aguantando la respiración.
Elevaciones de piernas
Túmbate boca arriba y coloca las manos debajo del coxis a modo de almohadilla. Extiende las piernas y elévalas hacia arriba y hacia abajo. Si te cuesta demasiado, o ves que la cabeza se levanta del suelo, entonces puedes flexionar un poco las rodillas para reducir la palanca.
Círculos con las piernas
Boca arriba, eleva las piernas hacia el techo y coloca los brazos en cruz sobre el suelo. Con las puntas de los pies mirando al cielo, haz círculos con las dos piernas juntas hacia un lado y hacia el otro. Cuando vayas cogiendo práctica, podrás hacer los círculos cada vez más amplios.
Y vamos con el segundo caso, y para mí el más complicado. Si tu problema es que tienes demasiada grasa cubriendo tu barriga, entonces lo que más tendrás que trabajar será la alimentación. Con una alimentación equilibrada, rica en proteínas y fibra, no te faltarán nutrientes y estarás generando un déficit calórico que hará que la grasa abdominal vaya desapareciendo.
Además, lo que puedes hacer para acelerar el proceso, es un trabajo cardiovascular para quemar aún más calorías. Para ello puedes salir a correr media hora todos los días (si no estás acostumbrado puedes alternar la carrera con el paseo), o, si no tienes mucho tiempo, el entrenamiento HIIT es una buena opción.
Y por último, si, como en la mayoría de las personas, tu problema es una mezcla del primer y el segundo caso, entonces ya deberías saber la respuesta: una buena alimentación eliminando los productos precocinados y de comida rápida, y un entrenamiento de fuerza para el abdomen, que haga que se ponga de nuevo donde debería estar.