“Mañana me pongo a dieta” es seguramente la frase que más veces escuchamos de boca de quienes quieren bajar de peso. Ya se esté obeso o simplemente se tengan unos cuantos kilos de más, la tendencia es la de recurrir a dietas que prometen lo imposible o a ‘workouts’ que están diseñados para deportistas de élite. Pues déjame decirte que el ejemplo que te vamos a dar a continuación no incluye ninguno de estos dos factores.
Su nombre es Crystal Barclays (sí, como el banco) y en diciembre de 2016 pesaba 84 kilos con una altura de 1,60 cm. “Había probado de todo. Dietas a base de batidos, de sopas, comida congelada a domicilio… Nada funcionaba. Conseguía perder un par de kilos, pero pasaba hambre y los recuperaba enseguida”, asegura en una entrevista concedida al periódico ‘Daily Mail’. Además, los entrenamientos que le ofrecían los diferentes gimnasios eran demasiado “agresivos y demandantes” para ella.
“Fue durante un viaje a Estados Unidos, en el que ingerí muchísima comida basura y porciones desmesuradas cuando decidí que no podía seguir así. He llorado muchísimas veces en los probadores mirándome al espejo”, recuerda. Pero fue cuando subió una fotografía de ella misma a una de sus redes sociales cuando se dio cuenta de que su peso se le había ido de las manos: “No podía seguir así porque estaba empezando a evitar determinados eventos sociales solo porque no me gustaba mi físico”.
Y esto es lo que hizo
“Admiro a la gente que va a los gimnasios tradicionales y lo da todo con rutinas de ejercicios que, en mi opinión, te dejan destrozado. Pero esa no soy yo, no es para mí. Tras mucho indagar, encontré unas clases de fitness solo para mujeres con ejercicios personalizados para cada una. Nada formal, todo muy casual e incluso podría decir ‘casero’. Eso hizo que no me saltara ni una sesión y que acabase yendo de tres a cuatro veces por semana. Comencé a notar pequeños resultados pero muy satisfactorios y reconfortantes”, afirma.
Sin embargo, el cambio más importante que hizo en su v ida (aunque lo de abandonar el sedentarismo imperante en su día a día fue todo un acierto y un gran esfuerzo) fue el de cambiar sus hábitos de alimentación y cocinar ella misma: “Decidí no mirar ni una sola dieta milagro más y comer ‘comida de verdad’”. Es decir, Crystal aprendió a comer de manera sana, variada y equilibrada, identificando todos aquellos productos que le hacían sentir pesada o que le provocaban adicción.
"Corté todos los azúcares agregados innecesarios y los carbohidratos procesados (refrescos, panes blancos, pasteles, etc.). Empecé a tomar nota de la información nutricional y me centré en apuntar todo lo que comía”, recuerda. Así fue como se dio cuenta, por ejemplo, de que la leche de vaca causaba estragos en su piel, además de sentarle fatal al estómago: “La eliminé de mi dieta y empecé a hacer mis propias patatas fritas, currys, pastas, ensaladas… Todo desde cero, sin salsas y con alimentos frescos que podía controlar”.
Tras varias semanas cocinando su propia ‘dieta’, Crystal supo que esta sería la manera definitiva de acabar con su sobrepeso: “Esta nueva comida era deliciosa y apenas sabía que estaba a dieta. Dejé de seguir un plan: cada vez que había hecho eso en el pasado, buscaba constantemente la primera oportunidad para comer en exceso. Empecé a centrarme en alimentos integrales, productos naturales y tamaños de porciones razonables”.
¿Jamás ha vuelto a caer en la tentación?
“Cuando la gente me pregunta esto, siempre les digo que soy humana y que también tengo mis momentos en los que necesito darme algún capricho. Por ejemplo, cuando salgo fuera a comer o tengo una celebración, como todo lo que quiero pero sin atiborrarme y poniéndome siempre porciones adecuadas. Y, algo muy importante, al día siguiente de darme ese festín intento depurar comiendo mucha fruta y verdura.
¿Os parece complicado seguir el ejemplo de Crystal? Tranquilos, aquí os dejamos resumidos sus cinco mandamientos gastronómicos y fitness para que te inicies en una vida sana:
- Elimina cualquier tipo de comida preparada de tu cocina: prepara tus salsas con ingredientes que sean saludables y que puedas reconocer. Instagram, Pinterest, Facebook y Google están llenos de ideas para recetas
- No hay necesidad de gastar una fortuna en libros, programas o entregas de comidas a domicilio.
- Come porciones sensatas: utilizar las manos para medir la cantidad de comida es una muy buena idea.
- La constancia es clave, los resultados no ocurren de la noche a la mañana, ¡pero suceden!
- Este estilo de vida no es difícil de mantener una vez que has encontrado el ritmo.