Cenas de empresa o familiares que no te apetecen, gastos extra, villancicos y arrebatos de alegría a todas horas, demasiada comida y demasiados compromisos. ¿Te satura la Navidad? Aquí tienes cinco soluciones de emergencia para combatir el estrés navideño.
1.- Desconexión rápida. Ideal cuando te encuentres muy cansado, cuando el ruido, las luces o la música te resulten insoportables, cuando necesites aislarte de todo lo que te rodea y volver a reconectar contigo mismo.
Haz esto. Busca un lugar tranquilo (un baño puede servir) y siéntate. Frota tus manos enérgicamente y colócalas ahuecadas sobre los ojos. Mantenlas así un par de minutos respirando por la nariz.
Beneficios. Tus ojos descansarán, te calmarás y reducirás el nivel de estrés.
2.- Respiración equilibrante. Ideal antes de un compromiso que te produce nerviosismo o para recuperar la calma después de un largo día de celebraciones o compras navideñas.
Haz esto. Siéntate en una silla con la espalda erguida o en el suelo en el borde de un cojín. Mantén la espalda recta y el pecho abierto. Con el dedo gordo de la mano derecha tapa el orificio derecho de la nariz y cuenta de a ocho inhalaciones y exhalaciones. Haz lo mismo tapando el orificio izquierdo.
Beneficios. Esta respiración te ayudará a equilibrar tus hemisferios cerebrales, ayudándote a bajar tu ritmo mental.
3.- Pasea de forma consciente. Cuando sientas que no puedes más o estés harto de tanto comer o beber, sal a caminar.
Haz esto. Sal a la calle, si es posible a un parque, y camina sin prisa, respirando por la nariz y sintiendo el efecto que esto produce en tu cuerpo y en tu mente. Hazlo durante un mínimo de 10 minutos.
Beneficios. Caminar de forma tranquila y consciente es una meditación en movimiento que conseguirá alejarte de los pensamientos repetitivos u opresivos.
4.- Descarga las piernas. Después de un largo día de pie o soportando zapatos de tacón, nada mejor que reactivar el flujo sanguíneo de las piernas.
Haz esto. Pon una alfombra o una colchoneta cerca de la pared y túmbate apoyando las piernas en ella. Procura que tus glúteos estén muy cerca de la pared o tocándola. Deja los brazos muertos a los lados del cuerpo.
Beneficios. Esta postura no sólo descargará tus piernas sino que llevará el flujo sanguíneo hacia tu tronco y tu cabeza, ayudándote a relajarte.
5.- Medita. Ideal cada día para mantener tu equilibro interno.
Haz esto. Cada día, al levantarte o antes de acostarte, siéntate en un lugar tranquilo (en una silla o un cojín). Mantén la espalda recta, lleva la barbilla ligeramente hacia el pecho y apoya las manos sobre las rodillas o el regazo. Une el dedo índice y pulgar (un mudra), apoya la lengua en el paladar y dirige la mirada entre las cejas. Ahora, simplemente respira de forma consciente por la nariz.
Beneficios. Meditar cada día te ayudará a gestionar mejor el estrés y las emociones negativas, te ayudará a dormir mejor y a mejorar tu nivel de concentración y creatividad.