Todo empezó durante el segundo año de universidad de esta joven, época en la que se encontraba en su peor estado de forma. El hecho de salir de fiesta y beber sin control, de comer lo que quería, sin tener a su familia detrás, y el diagnóstico de cáncer de su madre, fueron los motivos de una rápida ganancia de peso, lo que desembocó en una pérdida de autoestima muy importante.
Una noche, mientras se estaba preparando para una cena con sus amigas, se dio cuenta de la extensión de su problema. Mientras miraba en su armario, se dio cuenta que no le apetecía ponerse nada porque ya no se veía como antes, ese cuerpo que tenía hacía tiempo lo veía inalcanzable. Ese fue el momento justo en el que decidió comenzar a perder peso, y que no iba a ser algo fácil, pero sí sería algo que merecería la pena. Para conseguir su propósito, Elizabeth, colaboradora en PopSugar, diseñó un plan.
Analizó sus hábitos
La joven siempre había oído que perder peso no era sólo cuestión de hacer ejercicio y dieta. Y en su caso, no podía estar más de acuerdo. Había estado comiendo todo lo que quería y cuando quería.
Su debilidad eran los hidratos de carbono en todas sus formas: pizzas, pasta, pan de todo tipo, y los postres. De modo que descubrió que esa era un área en la que tenía que meter mano.
Elizabeth comenzó a salir a correr poco a poco mientras que eliminaba los hidratos procesados, como los que se encuentran en la pasta y los panes que más le gustaban, y optó por coger ese nutriente de las verduras y las frutas.
Apps que registran tu progreso
Ser una estudiante a tiempo completo, y tener una gran vida social, hacía que Elizabeth no tuviera los recursos necesarios para contratar a un nutricionista, así que trasteó por internet hasta que dio con una aplicación para su móvil, que le permitía registrar lo que comía (desglosándolo por nutrientes esenciales), y registrar los cambios que iba sufriendo su cuerpo.
Además le permitía trabajar hacia un objetivo de peso concreto, diciéndole las calorías totales que debía ingerir, y las que debía quemar con el ejercicio. Otra ventaja de la app era que podía sacar fotos de su cuerpo para hacer su seguimiento de una forma mucho más visual.
A veces se saltaba la dieta
Cuando empezó con su programa, cada vez que se saltaba su buena alimentación, se sentía fatal. Pero al final, se dio cuenta de que no se acaba el mundo por un momento puntual sino que lo más importante es la alimentación que llevas de manera global a lo largo del día.
Encontró su lugar para sudar
Elizabeth siempre había odiado los gimnasios y correr. Además intentaba evitar las clases colectivas porque no se veía al nivel de los demás, y esa sensación de no tener control sobre la situación, le generaba demasiado estrés. Pero finalmente, se forzó a unirse a un estudio de yoga, ejercicio que le enganchó y le hacía sentirse bien, y con ganas de más.
Se preparó para las reacciones de los demás
Cuando alguien pierde peso, la gente lo nota, así que después de varias semanas, y más de 7 kilos perdidos, la gente empezó a darse cuenta. En principio no tenía problemas de salud, y tampoco tenía una obesidad mórbida, así que lo primero que hizo fue asegurar a sus padres y amigos más cercanos que lo que estaba haciendo era algo positivo, y que tenía todo bajo control. Siempre intentaba mantenerse amable y alegre con los demás, incluso cuando la gente le decía que había perdido demasiado peso demostrando una envidia que les corroía.
En resumen, si de verdad piensas que debes perder algunos kilos, organízate, márcate un objetivo, habla con profesionales, y nunca mires para atrás. Al final es una lucha contigo misma de la que estoy seguro que vas a salir victoriosa. Mucho ánimo.