El yoga es una terapia cada vez más recomendada para los supervivientes que incluso se imparte o prescribe desde los propios centros oncológicos. El yoga para supervivientes de cáncer, como se conoce esta técnica, está indicado para las personas diagnosticadas con esta enfermedad y que están en tratamiento o ya lo han superado.
El programa de yoga para supervivientes de cáncer fue creado en Estados Unidos pero cada vez hay más personas formadas en esta disciplina en nuestro país e incluso centros de yoga que imparten cursos de formación para profesores de yoga.
Una gran ayuda en cada etapa
El yoga para supervivientes de cáncer puede practicarse en cada etapa de la enfermedad, pero siempre adaptado a cada pacientes según su tratamiento (cirugía y oncología). Según los expertos, esta disciplina puede ayudar tanto física como emocionalmente a todos los pacientes de cáncer, mejorando su ánimo y animándoles a cuidar todos los aspectos relacionados con su salud. Incluso hay estudios que demuestran una mejoría de la calidad del sueño, el cansancio y la ansiedad que manifiestan los enfermos de cáncer e incluso las personas que lo han superado. Pero además, en cada fase de la enfermedad aporta beneficios concretos:
Fase de pruebas. En el momento de la realización de pruebas para la posible detección de la enfermedad el yoga ayuda a aliviar la ansiedad.
Diagnóstico. El yoga ayuda a preparar y fortalecer el cuerpo y la mente para afrontar mejor el diagnóstico y el posterior tratamiento.
Cirugía. Mejora el sistema inmunológico, reduce el riesgo de coágulos y ayuda a la curación de la zona intervenida.
Quimioterapia / inmunoterapia. Mejora la fatiga que producen los tratamientos, calma las molestias estomacales y refuerza la autoestima después de la pérdida del cabello.
Radioterapia. Mejora el rango de movimiento de las zonas afectadas por el tratamiento.
Terapia hormonal. Ayuda a gestionar mejor los cambios en el estado de ánimo, a controlar el peso y a sobrellevar mejor los sofocos.
Superación de la enfermedad. En esta fase el yoga ayuda a recupera la normalidad y el equilibrio físico y emocional, reduciendo el riesgo de depresión.
Cómo es una clase
Las sesiones de yoga para el cáncer suelen durar entre 60 y 75 minutos, combinando posturas, pranayamas y técnicas de meditación de diferentes estilos, desde Hatha Yoga a Vinyasa o Yoga Restaurativo. Siempre de forma adaptada a las necesidades y posibilidades de cada alumno. El profesor debe conocer bien el tipo de cáncer de cada alumno y sus particularidades.
Por supuesto, existen muchas contraindicaciones que deben ser conocidas y respetadas por el profesor que imparta las clases, como por ejemplo las posturas invertidas, las torsiones fuertes o los apoyos de manos mantenidos para las personas intervenidas de cáncer de pecho.
En todos los casos, moverse, fortalecer el cuerpo y relajar la mente con la meditación proporciona grandes beneficios a los practicantes.
Más información. En la Asociación Española contra el Cáncer y el MD Anderson Center ofrecen talleres y clases de yoga para pacientes de cáncer.