Corremos nuestra primera carrera, nos mola, nos sentimos los reyes del universo, nuestras endorfinas se disparan y miramos el reloj… Ese es el germen de la ‘marquitis’. Aún no lo sabes pero el veneno ya está circulando por tu sangre. Tu próxima carrera tendrá que ser por debajo del tiempo que marca tu cronómetro y harás lo que haga falta para que así sea.
Yo he pasado por ello, si amigos, querer mejorar mis marcas carrera tras carrera, sin medida, sin orden ni concierto. Cuanto más rápido corría, más feliz era. Bajar de los cincuenta minutos en un ‘diez K’ era el objetivo, después acercarme a los cuarenta y cinco, más tarde, romper esa barrera, soñar acercarme a los cuarenta minutos… Mientras, buscaba lo mismo en la media maratón y por el camino, el debut en el maratón. Siempre pendiente del reloj, de los parciales, de correr cada kilómetro más rápido que el anterior. ¡Una sinrazón!
La manera de conseguir rebajar mis tiempos: series agónicas donde casi acababa ‘echando la pota’, calentones en entrenamientos cortos, tiradas largas en progresiones absurdas y como no, lesiones por sobrecarga y por no controlar los volúmenes y las intensidades de los entrenamientos.
El problema en sí, a mi humilde entender, es obsesionarse con algo, en este caso con mejorar nuestras marcas a cualquier precio. Cuando no pensamos más que en mejorar, mejorar y mejorar, lo normal es que se nos vaya de las manos y que acabemos pagándolo de alguna manera, normalmente y con suerte, lesionándonos. En las peores circunstancias, el error puede acabar en tragedia. No será la primera ni la última vez que pasa.
Además cuando estamos inmersos en un ataque de ‘marquitis’ o cuando vivimos instalados completamente en ella, parece que los demás corredores no valen un ‘mojón’ si no buscan lo mismo que nosotros.
- Yo es que corro por placer, me gusta pasármelo bien, disfrutar con mis amigos, echarme unas risas.
- Ya, ¿pero que marca tienes en los diez kilómetros?
- No sé, hace mucho que no miro el reloj al acabar una carrera.
- ¡Bah! Tú eres un runner de esos… estáis desprestigiando este deporte.
Esta conversación puede ser ficticia, o no, pero seguro que alguno de vosotros que estáis leyendo habéis sido testigos de alguna parecida.
Con esto que escribo no quiero decir que buscar una mejor marca no esté bien o que los corredores a los que les gusta competir sean ‘peores’ que los que corremos buscando otros objetivos. ¡Ni mucho menos! A mí también me gusta mejorar, pero con el paso de los años me he dado cuenta de que correr más rápido o más lejos no lo es todo. Hay otras muchas cosas con las que se pueden disfrutar.
Además, intento respetar siempre los gustos, los objetivos, las motivaciones y los sueños de los demás corredores. No soy quien para juzgar a nadie. Pero es cierto que cuando algo nos obsesiona, perdemos el norte. Fundirte en cada entrenamiento y jugarte la salud por rascar unos segundos al reloj creo que no es lo mejor si te gusta correr y quieres hacerlo durante muchos años. Eso sí, no seré yo quien te diga que tienes que hacer ni como tienes que hacerlo.
Y tú, ¿has vivido alguna vez sumido en el oscuro mundo de la ‘marquitis’?