Pues que sepas, querido amigo/a, que estas afirmaciones se han puesto en tela de juicio al comprobarse que no hay pruebas científicas de que una regla común tenga la misma influencia en todos nosotros.
Según algunos nutricionistas, estos “lemas” sí es cierto que pueden beneficiarnos en algunas ocasiones, pero también no tener ningún sentido en otras. Con lo cual, y como pasa con otras muchas cosas, no serviría generalizar en este aspecto.
Y como muestra un botón. En este estudio se analizó qué efecto tenía la frecuencia de las ingestas sobre la grasa corporal en hombres de mediana edad. La conclusión fue que, a igual cantidad de calorías ingeridas, si eran repartidas en un mayor número de comidas, se evitaba la acumulación de grasa corporal.
Hasta aquí parece que la “vox populi” no va desencaminada, sin embargo hay otros estudios que sugieren que hacer más de tres comidas al día puede tener efecto sobre la obesidad. Aún así, también hay conclusiones que no han encontrado una relación significativa entre el número de comidas y el sobrepeso.
Vamos ahora con aquello de “hay que desayunar como un rey”. Sí es cierto que se ha demostrado que personas que se saltan el desayuno, tienden a padecer sobrepeso. Pero, ¿y si esa ganancia de peso no tuviera que ver con no desayunar? En este caso, sí es cierto que no hay evidencias que relaciones no desayunar con engordar. Y es que por lo general, la gente que se salta la primera comida del día, tiende a llevar una alimentación menos equilibrada, y eso es exactamente lo que hace que gane peso, y no saltarse el desayuno.
También habrás oído decir que el desayuno despierta nuestro metabolismo, pero tampoco hay evidencias concretas de que eso sea así.
“Pero si como más a menudo, mi metabolismo se mantiene más activo” dirán algunos. Es cierto que digerir los alimentos activa el metabolismo (efecto térmico) pero veamos otro estudio que dice que esta suposición no es correcta. Es más, concluye que lo importante a la hora de calcular el efecto térmico de lo que ingerimos, es la cantidad total de lo que comemos en el día, sin importar el número de comidas que hacemos.
Seguramente hayas oído también que si comes más frecuentemente, tus niveles de azúcar se mantienen más estables. Pues una vez más, un estudio (tranquilos que ya es el último) demuestra que no es así. Los niveles de azúcar en sangre de aquellos que comen cinco veces al día no registran picos muy acentuados, pero que por lo general son más altos que los de las personas que comen menos veces al día pero más cantidad.