Cada vez que te calzas las zapatillas de running para salir a correr, éstas se van llenando de suciedad en cada zancada por la acción directa del polvo en suspensión, la lluvia, los charcos que pisas y, en el peor de los casos, el barro. La mierda que se acumula en ellas hace que poco a poco vayan perdiendo propiedades, lo que a la larga se traduce en una menor vida útil o duración de tus preciadas zapatillas.
Quizás si eres un poco guarrillo no te interese lo más mínimo este artículo y pases de seguir leyendo (no pretendo ser tu madre), pero estoy convencido que al resto de runners sí les interesa mantener sus zapatillas de correr con una aspecto medianamente lustroso con el fin de no parecer unos cochinillos y estirar la vida de las zapatillas el mayor tiempo posible.
¡Pero si tengo lavadora!
Sabemos que limpiar no es lo vuestro. Así que para los y las runnners más vagos y vagas tenemos un par de opciones. En primer lugar la lavadora, un electrodoméstico diseñado para tal fin. Utiliza un programa de lavado corto y suave.
Se trata de una alternativa cómoda y rápida aunque no es la más recomendable, ya que el rozamiento con el tambor puede llegar a romper la malla del upper o parte superior de la zapatilla. Además, el calor afecta al pegamento con el que van unidas las distintas partes de la zapatilla (gran parte de los fabricantes utiliza el termosellado como sistema) pudiendo llegar a deformarla.
¡Y hasta un lavavajillas!
La segunda opción es el lavavajillas, otro electrodoméstico que también ‘sabe’ limpiar. Una alternativa para lavar tus zapatillas de running menos agresiva que la lavadora, siempre y cuando no te de mucho asco pensar que después meterás ahí tus platos y cubiertos. Si te animas a hacerlo, coloca tus zapatillas en la bandeja superior, seleccionando un ciclo corto y a baja temperatura. Aunque los resultados suelen ser mejor de los esperados, tampoco es la opción más recomendable.
Productos desengrasantes
Hace algunos años empezaron a comercializarse productos desengrasantes, casi milagrosos, haciendo que la suciedad desapareciera por completo. Este tipo de productos va fenomenal para limpiar azulejos y baldosas pero no lo es tanto para quitar la mierda incrustada en tus zapatillas de correr. Sus componentes, altamente abrasivos, dejarán como nuevas tus zapatillas de running, pero al mismo tiempo se ‘comerán’ los pegamentos que unen las diferentes partes de la zapatilla. ¡Olvídate del KH-7 que guardas en el armario de casa! Es una bomba de relojería, peor incluso que la lavadora.
Y entonces, ¿Cómo limpio las zapatillas de correr?
Con tus propias manitas y frotando un poquito. Depende del grado de suciedad que tengan, tardarás y sudarás más o menos. No es lo mismo limpiar unas zapatillas llenas de barro con pegotes hasta en la suela que si solamente necesitan un lavado de cara.
En primer lugar retira las plantillas y quita los cordones. Debido a que las plantillas acumulan mucho sudor y malos olores, lo más recomendable es evitar la lavadora. Es preferible limpiarlas a mano frotando con un cepillo de calzado mojado con agua templada y jabón neutro.
Para eliminar el olor basta con añadir a la mezcla anterior un poco de vinagre y bicarbonato. Con esta fórmula, la bacteria causante del mal olor se extinguirá por completo. Posteriormente, deja secar las plantillas al aire y en una zona de sombra.
En cuanto a los cordones, puedes meterlos en la lavadora (dentro de una bolsita para prendas delicadas y así evitar que se enganchen en el tambor) o bien lavarlos a mano.
Para limpiar la suciedad acumulada en la superficie de las zapatillas como consecuencia del barrillo y el polvo, lo más aconsejable es emplear un cepillo de dientes o de uñas viejo -cuyas cerdas no estén muy duras- para no dañar la malla del upper, un poco de agua tibia y jabón neutro. Frota suavemente para eliminar los rastros de suciedad y posteriormente realiza un aclarado hasta conseguir el resultado deseado.
Una vez hayas limpiado las zapatillas, déjalas secar de forma natural y a la sombra. Nunca las coloques donde les den los rayos del sol de manera directa. Tampoco junto a la calefacción, ya que las fuentes de calor directas afectan de forma negativa a las zapatillas, deformándolas y haciendo que pierdan las propiedades para las cuales fueron diseñadas.
Un truco para acelerar el proceso de secado es introducir en su interior unas pelotitas de papel de periódico o de cocina para absorber la humedad. Recuerda que una zapatilla tarda aproximadamente alrededor de 12 horas en secarse por completo.
Bonus track
Si corres por la montaña y tus zapatillas de trail running acumulan considerables cantidades de barro, lo mejor que puedes hacer es dejar que éste se endurezca y posteriormente golpear la zapatilla contra la pared por la parte de la suela, o bien calzártelas y dar saltos fuertes contra el suelo para hacer que el barro se desprenda. Para eliminar el barro de la suela resulta de gran utilidad emplear una pinza de madera.