‘Te pesan los párpados’, ‘cierra los ojos’, ‘te quedarás profundamente dormido en 3, 2, 1...’ Seguramente muchas personas al leer la palabra hipnosis les venga a la cabeza la imagen de algún programa de televisión sobre hipnosis en el que un hipnotizador pronuncia estas frases u otras similares mientras balancea un reloj de cadena o péndulo frente a los ojos de otra persona para que ésta se relaje y caiga en un estado de trance o sueño profundo con el objetivo de dejar boquiabierto al público.
Lo cierto es que la hipnosis es una técnica de sugestión reconocida desde el año 1958 por la Asociación Médica Americana como una modalidad terapéutica que contribuye a cambiar la conducta, ya que proporciona a la persona un mayor control, sobre todo de su subconsciente.
David Beckham, Tiger Woods, Jimmy Connors o Muhammad Ali son algunos ejemplos de deportistas profesionales que recurrieron en su día a la hipnoterapia –ayudados por un psicólogo- con la finalidad de poner en práctica una mayor cantidad de recursos internos para hacer frente a los bloqueos, miedos e inseguridades durante la competición y desarrollar una mentalidad ganadora.
Sin embargo, esas barreras mentales no se ciñen exclusivamente a la alta competición y determinados deportes. A nivel amateur ocurre lo mismo. La cabeza es tan importante como el cuerpo, aunque muchos runners lo ignoran. Abrir tu mente y adentrarte en tu subconsciente puede ayudarte a mejorar tu rendimiento cuando corres. Estos son los pasos que debes seguir si quieres hipnotizarte (a ti mismo) y transformarte en un mejor runner.
Antesala de la autohipnosis
Lo primero de todo es alcanzar un profundo estado de relajación, similar al de la meditación en el yoga. Para ello:
1. Busca un lugar tranquilo, donde nadie pueda molestarte. Dedica alrededor de media hora a relajar los músculos de todo tu cuerpo, mediante el control de la respiración. Es recomendable hacerlo tumbado o sentado. Como más cómodo te sientas.
2. Transcurridos esos 30 minutos, intenta avanzar hacia un estado de relajación más hondo. Por ejemplo, imagínate que estás bajando por una escalera de caracol y cada peldaño que desciendes te adentras un poco más en tu subconsciente.
3. A continuación, viaja a través de tu mente a ese lugar en el que te gustaría estar en este preciso momento. Procura poner en práctica todos sus sentidos para vivir una experiencia plena.
4. Llegados a este punto, deberías sentirte como si estuvieras soñando despierto, igual que en una nube. Estás sumamente relajado y concentrado. Ahora tu subconsciente está más predispuesto para recibir impactos positivos y desterrar aquellos pensamientos negativos que te impiden mejorar y alcanzar tus objetivos.
Mentalidad ganadora
Tu realidad se construye a partir de lo que piensas. Por eso, es importante decirse a uno mismo aquello que le gustaría que sucediera o cómo querría sentirse. Frases como: ‘tengo confianza en mí y estoy capacitado para correr más rápido’, ‘cuando corro disfruto y me olvido de los problemas’, ‘me siento motivado y preparado para salir a correr’, ‘merece la pena esforzarse para mantenerse en forma’.
Imaginarse y visualizar el resultado deseado es un refuerzo altamente positivo. Por otra parte, repetir el mensaje es otra de las claves del éxito. Tu mente necesita la repetición para recordar las cosas (buenas).
Para despertar del estado de relajación y ensoñación en el que te encuentras sumido realiza una lenta cuenta atrás contando desde 10 hasta 1. A continuación abre los ojos. La autohipnosis es como un espejo con superpoderes para creerte capaz de todo.
Un cambio de mentalidad requiere entrenamiento. La mayor recompensa es que cuando uno aprende a desarrollar recursos internos que ni tan si quiera conocía a través de la autohipnosis, la utilidad traspasa el ámbito deportivo, llegando a otras esferas de la vida.