No hay que dedicar mucho tiempo al día para poder estar mínimamente en forma y llegar a cabo una vida saludable. Nos lo decimos los mayores con bastante asiduidad, casi hasta la exasperación, pero, para los más pequeños de la casa, esto también debería aplicar.
Muchos de ellos, en la escuela, tienen la asignatura de Educación Física, pero con esto no es suficiente. Al fin y al cabo tan solo son un par de horas (o menos) a la semana, y el resto del tiempo pueden permanecer inactivos perfectamente.
Por esto, desde 2012 se está llevando a cabo un estudio en Reino Unido a través de la fundación The Daily Mile. En este, se está valorando el comportamiento físico de los alumnos cuando, en los 15 minutos que tienen entre clase y clase realizan ejercicio físico. Concretamente, corren algo más de un kilómetro (una milla) en esos 15 minutos, por lo que el ritmo tampoco es demasiado elevado pero suficiente para mover el cuerpo.
Tan solo con 15 minutos al día, todos los días, se pueden evitar problemas de salud graves, como la epidemia de obesidad que cada vez está afectando más a las generaciones más jóvenes y que será un problema de considerables dimensiones cuando todos estos vayan creciendo y tengan que ser tratados en los servicios de salud públicos.
Los resultados, por el momento, parecen esperanzadores: "Nuestra investigación observó cambios positivos en los niños que participaron en el programa de The Daily Mile, en comparación con nuestra escuela de control donde no se introdujo el esquema", dijo uno de los autores del estudio, Colin Moran, de la Universidad de Stirling en Gran Bretaña.
Según esta Fundación, para mostrarse tan optimistas actualmente se involucró a 391 alumnos, de entre cuatro y 12 años. “A cada niño se le realizó una evaluación inicial y luego un seguimiento más adelante en el año académico. Entre horas, una escuela implementó The Daily Mile, mientras que los alumnos de la otra, conocida como la escuela de control, siguieron su currículo habitual. Los niños usaban acelerómetros para registrar sus minutos diarios promedio de actividad física de intensidad moderada a vigorosa y el comportamiento sedentario diario promedio”, explican.
El equipo observó mejoras significativas en la escuela de intervención, en relación con la escuela de control, dijo Moran, lo que supone una esperanza importante para la lucha contra la obesidad infantil.
Así pues, parece un hecho que el ejercicio físico constante, aunque sea de una intensidad moderada, puede repercutir de una manera muy positiva en los más pequeños y, a buen seguro, en los mayores también. ¿A qué estamos esperando?