Así, según la investigación realizada por la Loyola University de Chicago y publicada aquí, practicar ejercicio puede no proteger del aumento de peso ya que además es necesario seguir una dieta equilibrada con una alimentación sana.
¿El motivo? Muy sencillo: hacer deporte puede generar un aumento del apetito y si no se tienen en cuenta ciertos factores podemos ganar kilos en vez de perderlos.
Eso sí, no desesperes porque todo este tiempo que te has machacado en el gimnasio ha sido en balde, la investigación también habla sobre todos los beneficios que obtienes si mantienes una vida activa, como reducir el riesgo de enfermedades del corazón, diabetes, cáncer… Pero volvamos a la parte que nos interesa: ¿por qué no pierdes peso?
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores tomaron a 1944 personas de edades comprendidas entre los 25 y los 40 años de los que se registraba su altura y su grasa corporal al inicio, después de un año y tras dos años.
Además, gracias a un acelerómetro se midió también su actividad física. Entre los participantes había representantes de Estados Unidos, Ghana y Jamaica. ¿Adivinas quiénes eran los que más problemas tenían con los kilos de más? Efectivamente, los estadounidenses. En el extremo opuesto se encontraban lo ghaneses que eran los que pesaban menos y se encontraban en mejor forma.
Entre las conclusiones que sacaron, lo que más llamó la atención a los investigadores fue el hecho de que engordaron más aquellas personas que realizaban alguna actividad física. Así, los estadounidenses que siguieron una estricta tabla de actividades aumentaron su peso, mientras que los que no lo habían hecho lo perdieron.
De este modo, lo que el estudio indica es que mientras la actividad física quema calorías, también aumenta el apetito, y las personas lo pueden compensar comiendo más o siendo menos activas el resto del día.
En otras palabras, la actividad física hace que aumenten las ganas de comer. Así, si la persona cae en la tentación y come mucho más de lo que comería sin haber hecho deporte, o después de la actividad física se vuelve más sedentario de lo que usualmente sería, habrá en su cuerpo un exceso de alimentos que pueden superar la pérdida de calorías derivadas de la práctica del deporte.
En conclusión, se podría decir que el deporte sí ayuda a adelgazar, pero solo si después controlas tu alimentación y no te apiporras.