Se calcula que, aproximadamente, la industria de productos relacionados con la pérdida de peso factura al año unos 1.000 millones de euros tan solo en Estados Unidos, por lo que es raro, por no decir casi imposible, escuchar sobre las desventajas de perder peso pero…
1.- Puedes ser engañado con una dieta milagrosa: si en tu proceso de comenzar una dieta no lo haces de la mano de un profesional médico o un nutricionista, puedes ser carne de cañón para una de esas dietas milagrosas que te ofrecen adelgazar mucho y muy rápido y que, luego, como se ha demostrado, son mucho más perjudiciales para tu salud que si estuvieras tumbado en el sofá de casa.
2.- Te puedes lesionar: evidentemente, quien no arriesga, no gana, y quien no hace ejercicio no tiene por qué lesionarse, así que si sales a hacer deporte con el objetivo de adelgazar lo más probable es que te lesiones. Y lo harás porque si nunca antes has hecho nada de deporte y de la noche a la mañana te decides calzar las zapatillas y salir a correr, lo más probable es que al tercer día te duela todo el cuerpo, y no de agujetas precisamente.
3.- Te puedes desmotivar, es un hecho: creerás que por salir un poco a correr y dejar las cervezas ya lo tienes todo hecho y vas a conseguir ese ansiado sixpack para lucirlo en las vacaciones de Benidorm. Te equivocas, pero si no lo sabes, cuando no veas los resultados que esperas, te desmotivarás y volverás a las andadas porque, para qué nos vamos a engañar: esa cerveza fresquita en la terraza con un aperitivo está de lujo.
4.- Tendrás más sueño y estás más irascible: una de las desventajas de perder peso, sobre todo si es de forma rápida, es la aparición de más sueño acompañado de mala leche. Esto se debe a que el cuerpo comienza a ahorrar energía y por eso te envía, directamente, a la cama. Además, el hipotálamo, que regula el apetito o el sueño también se ve afectado, así que, si descansamos peor al final será difícil no estar de mal humor.