Poder bucear sin sentir limitaciones, ese era el objetivo de Sue Austin, una artista que desde los 16 años se vio postrada en una silla de ruedas tras atravesar una dura enfermedad. Al contrario de lo que pueda parecer, después de haber pasado cuatro años en la cama, aquella silla tenía para Austin un significado muy especial: la libertad.

Por ello, ha querido cambiar también la percepción de la gente en torno a las personas discapacitadas y para ello ha decidido hacer algo increíble: sumergirse en los abismos del océano sentada sobre las dos ruedas. Porque su estado no tiene por qué limitarla en nada.

En el siguiente vídeo, de gran belleza, puedes disfrutar de su hazaña:

 

Pese a que en un principio fue difícil conseguir las personas que la ayudaran en su proyecto, explica Austin, gracias a su enorme tenacidad ha conseguido construir “Testing the Water” (probando el agua) nombre con el que ha bautizado a su proyecto.

“Cuando empezamos a hablar del proyecto con la gente, los ingenieros nos decían que la silla de ruedas daría vueltas una vez se sumergiera ya que no estaba proyectada para viajar a través del agua. Sin embargo, con un propulsor bajo la silla, conseguí mantenerme derecha, de modo que se podía rodar.

Eso sí, fue mucho más acrobático de lo que me esperaba”, asegura Sue, que después de varios meses de entrenamiento se fue al Mar Rojo con el objetivo de probar su prototipo.

Es allí donde la artista ha realizado precisamente toda una serie de filmados bajo el título: "Creating the Spectacle" (creando espectáculo), que recogen sus inmersiones en unas profundidades de gran belleza marina. Además, dado que el agua estaba caliente, Sue aparece en estos vestida con ropa del “día a día”, algo que hace todavía más llamativas las imágenes que han sido vistas por miles de personas.

 

Todo lo contrario de lo que sucedía cuando Sue empezó a usar la silla de ruedas: “fue como llevar un velo de invisibilidad sobre mí. Cuando preguntaba a la gente con qué asociaban este elemento, usaban palabras como límite, miedo, restricción…

De ahí surgió la necesidad de contar mi historia personal en torno a esta experiencia”. De hecho, antes de sumergirse bajo el mar, en 2009 Austin realizó otra ‘performance’ sobre su silla a la que llamó "Traces from a Wheelchair", que consistía en hacer diseños sobre enormes folios, jardines o el propio suelo a través de las ruedas. "La silla se veía como un objeto para pintar y jugar. Fue emocionante ver la respuesta de las personas. Se abrían nuevas perspectivas”, afirma Sue.

Viendo su trayectoria (por suelo y mar) sólo le queda el aire. ¿Decidirá la artista conquistar también el cielo?