La belleza era algo que preocupaba, y mucho, a las antiguas civilizaciones, como la egipcia. Cleopatra, la última reina del Antiguo Egipto, sin ir más lejos, ha estado siempre relacionada como uno de los mayores mitos de belleza de la historia.
Su transferencia a la vida real actual, del S.XXI, podría estar íntimamente ligada con uno de los “inventos” que utilizaban las mujeres egipcias para mantenerse siempre en forma: el cordón egipcio.
Este utensilio no es mágico. No pienses que por llevar uno de ellos vas a adelgazar de manera milagrosa. No, no van por ahí los tiros. Como decíamos al principio, tiene que ver con un aspecto más psicológico que físico.
El funcionamiento es sencillo: se coloca un cordón ajustable en la zona de la cintura, lo más apretado que puedas sin que te llegue a molestar. Con la combinación de una vida saludable, ejercicios físicos y una dieta correcta, deberías comenzar a perder peso.
Si eres mujer, al principio te costará un poco más, como demostró este estudio, pero a la larga el resultado será prácticamente igual que si fueras un hombre. Sea como fuere, con la pérdida de peso y de cintura abdominal, ese cordón egipcio comenzará a quedar con holgura.
Por tanto, cuando pierdas centímetros de tu cintura, deberás volver a ajustarlo. El premio, psicológico, es doble: por un lado recibirás la buena noticia de que has perdido peso por parte de la báscula (aunque, en ocasiones, te puede engañar); por otro lado, tu cordón egipcio te estará demostrando que, efectivamente, también has perdido cintura abdominal.
Y esto va más lejos aún. Puede que, en un momento de debilidad en tu proceso para perder peso, decidas que lo dejas, que tiras todo el esfuerzo realizado hasta ese momento, y vuelves a los malos hábitos que traías hasta el momento de ponerte a dieta.
La consecuencia es que volverás a ganar peso, a ganar cintura abdominal, y ahí estará de nuevo el cordón egipcio para recordarte lo que eras y lo que estás volviendo a ganar (peso) a la vez que pierdes (salud).
Si le haces caso siempre, tanto para un sentido como para el otro, llevar un cordón egipcio puede ser la mejor solución si eres de las personas que se ponen a dieta los lunes y, cuando llega el viernes, se olvidan de todo lo que han hecho durante la semana. ¿Lo pruebas?