Zumba en la calle, en el gimnasio, en el agua, en una silla y ahora también Zumba de vacaciones a borde de un lujoso crucero. Este año, en su segunda edición, miles de adictos a Zumba Fitness han disfrutado de una semana de vacaciones en un barco que no les has permitido parar de bailar en cinco días.
Con paradas en Nassau, Bahamas y Cozumel, México, los pasajeros han disfrutado de las instalaciones del barco y de las paradisiacas playas de los dos puntos de destino.
Si uno de los peligros de esos hoteles flotantes que nos ofrecen comida y bebida las 24 horas del día es volver con kilos de más, la filosofía del Zumba Cruise es pasarlo bien y disfrutar del sol y la piscina haciendo especial hincapié en la actividad física.
Comer, dormir y Zumba en bucle
Desde que lo pusieron en marcha en 2016, el crucero temático de Zumba no para de ganar adeptos. Sus reclamos son destinos turísticos atractivos, un barco de lujo y los mejores instructores de Zumba del mundo a bordo para amenizar los días y las noches. Si a eso le sumamos una oferta gastronómica de calidad y la posibilidad de quemar todo lo ingerido en las decenas de clases y actividades de ocio en el barco… el resultado son cinco días de vacaciones de los que puedes volver con cinco kilos menos.
Non-Stop Zumba
Algunos creen que los niveles de adicción que provoca la práctica de Zumba la convierten en una especie de secta de fans dispuestos a estar todo el día bailando al ritmo de salsa, bachata, reggaetón y cumbia. Y de esa casi obsesión nace la idea de poder combinar deporte, ocio y placer a todo lujo.
Para empezar el día, Beto Pérez, creador de Zumba, pone en marcha a los pasajeros con una master class en cubierta a primera hora de la mañana. A partir de ahí, Aqua Zumba, Strong by Zumba, Zumba Tonic, Zumba Kids y un sinfín de concursos, fiestas temáticas, conciertos en directo y actuaciones para que el ritmo no pare. Como se trata de un crucero de libre acceso, los monitores de zumba son los principales impulsores del viaje y comparten vacaciones con familia, alumnos y amigos, convirtiéndose en un buen punto de encuentro para aprender, intercambiar opiniones y consejos.
Y como no sólo por la mañana hay que hacer Zumba, las clases a la luz de las estrellas son el preámbulo de la fiesta que se monta cada noche en la discoteca del barco. Por si fuera poco, comparten espacio, vacaciones, conversaciones y pueden subir selfies a tus redes sociales con el jefazo o los instructores top del mundo. Especialmente pensado para instructores y aficionados de Estados Unidos y América Latina, ya valoran poner en marcha su equivalente en Europa para los que no pueden permitirse cruzar el charco.
Si te animas, más te vale cogerlo con tiempo. Puedes tener tu hueco desde los 693 dólares.