La buena noticia para todos estos amantes del sofá proviene de un estudio realizado por la Universidad de Sidney junto con la de Copenhague, en el que demostraron que el compuesto químico que aplicaron a una muestra de pacientes (cuatro en concreto) producía los mismos efectos a nivel de modificaciones moleculares que los que produce la práctica deportiva.
En concreto, a estas cuatro personas les hicieron una biopsia muscular antes de realizar un ejercicio, que consistía en montar a tope en bicicleta estática durante 10 minutos. Después del ejercicio, les hicieron otra biopsia, y analizaron los cambios que sus músculos habían experimentado.
Con el cruce de datos, los investigadores pudieron determinar qué es lo que había ocurrido en el músculo durante esos minutos a nivel molecular, y calcularon que, aproximadamente se dan 1000 cambios tan solo en ese corto periodo de tiempo. De ahí, tendrán que extraer cuáles son los más importantes para poder hacer un medicamento realmente efectivo.
Y es que este estudio ha causado gran controversia, puesto que desde la comunidad científica se ha criticado que la muestra fuera tan pequeña, tan solo cuatro personas, por lo que dudan de la eficiencia del resultado.
Aun así, si finalmente logran hacer efectiva esta “pastilla del ejercicio”, los principales beneficiados no serían esos sofá-lovers, sino, sobre todo, personas ancianas con movilidad reducida a las que les vendría muy bien los beneficios indirectos del deporte; o aquellas personas que, por algún accidente u operación no puedan moverse durante un largo periodo de tiempo.
Ya sabes, si estás esperando a que te llegue esta pastilla mágica para entrar en el Matrix del deporte, mejor vete calzándote las zapatillas y sal a correr y a sudar. Es un consejo, lo agradecerás.