Desde hace más de medio siglo en Alemania velan por los automovilistas unos personajes muy especiales, los conocidos como “gelbe engel” (ángeles amarillos). Son los mecánicos del servicio de asistencia de carreteras Adac, el autoclub más grande del mundo con 18 millones de socios.
Se les reconoce rápidamente: conducen un coche amarillo y llevan chaquetas reflectantes. Los poco más de 1.700 que hay en el país, el pasado 2015 llevaron a cabo un total de 4,2 millones de intervenciones. Pero en gran parte de ellas, para conseguir llegar a su destino, se encontraron con el problema típico de las grandes ciudades: los atascos.
Y eso pese a que a menudo ni siquiera necesitaron echar mano de una grúa para prestar asistencia ya que gran parte de los trabajos que les demandan son recarga de baterías, cambios de ruedas, pérdida de llaves... Problemas que llegan a representar entre el 70 y el 80 por ciento de las intervenciones.
Precisamente, con el fin de prestar un servicio de asistencia más rápido y limpio, desde finales de abril, en las ciudades de Berlín y Stoccarda el equipo de Adac ha introducido una novedad: operarios que acuden a atender los problemas que puedan surgir en carretera sobre dos ruedas, en una bicicleta eléctrica a la que enganchan un carro con todas las herramientas necesarias. El slogan es “rápido, flexible y ecocompatible”.
La selección de estas ciudades se debe a que son aquellas del país germano que cuentan con mayor índice de atascos. Por ello, con esta iniciativa se persigue permitir que el técnico intervenga en el menor tiempo posible, sin encontrarse atrapado en un embotellamiento, ya que puede acudir al lugar utilizando el carril bici.
Eso sí, la bici que utilizan los técnicos es de última generación (una Haibike Xduro con motor de 350W) que cuenta con pedaleo asistido. El vehículo lleva incorporado además una tablet en el manillar que le permite al mecánico tanto obtener información sobre los avisos de asistencia, como consultar cualquier tipo de información sobre la avería.
Para poder portar todo el material necesario, la bici cuenta con un carro, soldado, dotado de freno hidráulico, que tiene capacidad para llevar hasta 70 kilos. En éste, el mecánico lleva herramientas que van desde llaves inglesas a baterías para los motores, pasando por kit hidráulicos para cambiar rápidamente una rueda, etc.
Además de reducir los tiempos de espera la iniciativa contribuye a reducir las emisiones de CO2 y acabar con el estrés de los mecánicos que, sobre todo en las grandes ciudades, pasan más tiempo en conseguir llegar al lugar de la intervención que en resolver el problema.