El claqué es mucho más que Gene Kelly o Fred Astaire y Ginger Roger bailando de forma elegante en títulos míticos como ‘Sombrero de Copa’ o ‘Cantando bajo la lluvia’. Esta disciplina de danza, que se gestó en las calles, abarrota las escuelas de baile a pesar de ser una gran desconocida para muchos.
Con ella, pondrás a prueba tu coordinación, tu resistencia cardiovascular y reactivarás tu sentido del humor.
Hablamos con John O’Brian, Maestro Licenciado en Claqué, con una larga trayectoria profesional, de las ventajas de este estilo que dibuja sonrisas permanentes en sus aficionados.
Un reto adictivo
El claqué no es una disciplina de baile fácil. Exige un cierto nivel de coordinación y una gran precisión rítmica, pero con un sistema pedagógico correcto, los alumnos pueden avanzar y aprender en poco tiempo. John asegura que algunos de sus discípulos han conseguido bailar en tres meses, pero hacen falta tablas y oficio.
La dificultad radica en el juego de ritmos que parte de los pies y que, poco a poco, incorporara movimientos de tronco y de brazos para acompañar los del tren inferior. Hay que tener buen oído pero lo bueno es que cualquier música es susceptible de ser interpretada con los pies.
Precisamente de esa dificultad deriva la satisfacción tan grande que sienten los alumnos cuando van consiguiendo metas. “Cuanto más se complica la clase, más se enganchan al tap, como a una droga”, explica.
Tu trasero y tus piernas se transforman
Una de las grandes ventajas de bailar tap es el resultado tan visible que se consigue en piernas y glúteos. Bailar claqué garantiza “un culo de piedra y unos cuádriceps y gemelos perfectamente tonificados”. Se trata de un ejercicio aeróbico que mejora el sistema cardiovascular, oxigena nuestro cuerpo y nos ayuda a eliminar toxinas. Es el ejercicio perfecto para acompañar dietas de pérdida de peso, pues con ejercicios de “Cardiotap, empiezan a bombear el corazón, sudan y están realizando un ejercicio de alta potencia”.
Distintos estilos, mismo lenguaje
A pesar de tener su origen en la calle, el tap ha evolucionado y existen varios estilos en función de que sea más rítmico, contemporáneo o callejero. Aún así, tiene un lenguaje codificado, y muchos de sus pasos tienen nombres concretos que lo convierten en una disciplina internacional. Así, nos tendrán que sonar palabras como Shuffle, Flap o Ball-Change.
Un antidepresivo natural
Además de una considerable mejora física, el claqué aumenta la autoestima y genera una sensación de alegría y felicidad que engancha a los alumnos. El continuo feedback en clase y la originalidad de las creaciones hace que la gente tenga una sonrisa permanente durante toda la clase. La mejora en la coordinación, el equilibrio, la postura y la tonificación general del cuerpo hacen del claqué una afición de lo más completa, a cualquier edad y sea cual sea la condición física del alumno.