Salir a correr con tu perro puede ser una gran experiencia para los dos. Si dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, ¿por qué no puede ser tu acompañante a la hora de correr?
Sin embargo, debes saber que no todos los perros pueden correr los kilómetros y kilómetros que tú te hagas, y que, si decides que te acompañe has de seguir una serie de recomendaciones si no quieres que el can sufra más de lo normal.
1.- Déjalo crecer y visita al veterinario antes: si te perro es aún un cachorro, no seas tú el que vayas a ponerle a correr una panzada de kilómetros cuando aún no está desarrollado. Espera un tiempo prudencial, un año es lo habitual, para que el perro crezca y sus músculos ser fortalezcan con el paso del tiempo. En caso contrario, lo pasaréis mal los dos.
Lo mejor es que, antes de que comencéis los entrenamientos, consultes con un veterinario y le haga una pequeña revisión (no, no te cobrará mucho por ella). Algunos tipos de perros, como los braquicéfalos (el Bulldog o el Carlino) suelen tener más problemas para correr, porque, como todos, regulan su temperatura corporal mediante el jadeo y esto, a ellos, les cuesta más por naturaleza.
2.- Mejor ir poco a poco: igual tú, en tus entrenamientos, eres capaz de hacerte varias decenas de kilómetros pero, imagínate que tu vida se ha basado en comer, dormir y salir a hacer tus necesidades y te ponen a correr y correr. Lo pasarías mal ¿verdad? Lo mismo con tu mascota.
Los perros no hablan nuestro idioma; sin embargo, sí captan otro tipo de sensaciones que nosotros no somos capaces de detectar. Por ello, es importante que desde el primer momento seas consciente de que tu perro puede aprender a correr como tú quieras, sin que se desperdigue ni vaya a tirones, pero te tienes que armar de paciencia.
En cuanto a la mejor hora para correr, tu perro lo pasará mal si lo haces a las horas con más calor del día. Ten en cuenta que ellos, al no tener glándulas sudoríparas, no sudan para refrigerarse, como hacemos los humanos, por lo que tienen que mantener su temperatura corporal mediante el jadeo y las almohadillas de los pies.
3.- Cuida la postcarrera: tan importante son los preparativos para la carrera como lo que viene después de la misma. Seguramente, tu perro, después de haber hecho un ejercicio inusitado para él, tenga más hambre de lo normal. Ya sabes lo que toca. Prémiale con un extra de comida, al fin y al cabo, seguro que tú ese día también comes un poco más.
Por supuesto, motívalo en cada momento de la carrera pero también al finalizar la misma. Los perros nos entienden todo, y sabrá cuando estás agradecido o cuando estás enfadado. Seguro que, de este modo, cuando te vuelva a ver que te preparas para salir a correr se pone como un loco (aunque, probablemente, lo haga igualmente ¿verdad?).
4.- Bonus track: ¡Disfruta de la experiencia y de tu perro, al fin y al cabo, con el mejor amigo del hombre!